La fijó en su corcho con una chincheta. La chinchó en su fijo con una corcheta. La crochó en su chinche con una fijeta. Con suma fijeza sintió cómo se acorchaban sus miembros debido a la picadura de la chinche ponzoñosa. El corcho fijo, a diferencia del corcho interino, no deviene en nada parecido a las palabras que riman con chincheta, como son, por ejemplo, "jaramillo" y "amapola". En contra, los rimeros de chinches y tapones de corcho americano riman mal con los inconexos vocablos coreanos "cohing" y "ah'noh" que son los imprescindibles para la pronunciación de los derivados lácteos, como el kefir, el Danone® y el morcón nonato. Me fijo en el refajo mío y lo noto laxo como un brick de asadura blanca. Soy un bofe. Devengo bofe de continuo: "La jifó en su chorco con una chenchita".
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FUMPAMNUSSES!
¿Qué es Fumpamnusses!?... Fumpamnusses! es todo y es la primera vez. Siempre hay una primera vez. Escribo pues, por primera vez, en algo que tiene que ver con el exabrupto digestivo de un sapo ("Blog") sin saber siquiera lo qué es (me refiero al Blog, aunque en el fondo tampoco sé muy bien lo que es un sapo.) Mi declaración de intenciones espero que sí quede clara: me limitaré a realizar las veces que crea oportuno un ejercicio brusco, continuado y compulsivo de literatura automática, de exorcismo necesario y suficiente de los restos de energía negativa o positiva, qué sé yo, o de encauzamiento de ideas, frases o palabras que mi mente quiera en ese preciso momento que queden reflejadas en este nuevo e inefable invento. Invito, pues, a este ejercicio a todos los interesados en el arte de la improvisación mecánica, maquinal, indecorosa y pueril. No esperen grandes ideas, no espero grandes ideas, sólo el placer de ver concatenadas ciertas imágenes que surgen improvisadamente y en plena libertad, quizás en extrema libertad, esperanzado en que no me suceda algo tan lamentable como aquello que le ocurrió a aquel pequeño electrodoméstico que, de tan libre y tan enamorado como estaba de Sir Douglas H. Silverstone, declaró la independencia de todas las anguilas del mundo y de ciertos huevos de Pascua de los alrededores de Castel Gandolfo.
¿Qué es Fumpamnusses!?... Fumpamnusses! es todo y es la primera vez. Siempre hay una primera vez. Escribo pues, por primera vez, en algo que tiene que ver con el exabrupto digestivo de un sapo ("Blog") sin saber siquiera lo qué es (me refiero al Blog, aunque en el fondo tampoco sé muy bien lo que es un sapo.) Mi declaración de intenciones espero que sí quede clara: me limitaré a realizar las veces que crea oportuno un ejercicio brusco, continuado y compulsivo de literatura automática, de exorcismo necesario y suficiente de los restos de energía negativa o positiva, qué sé yo, o de encauzamiento de ideas, frases o palabras que mi mente quiera en ese preciso momento que queden reflejadas en este nuevo e inefable invento. Invito, pues, a este ejercicio a todos los interesados en el arte de la improvisación mecánica, maquinal, indecorosa y pueril. No esperen grandes ideas, no espero grandes ideas, sólo el placer de ver concatenadas ciertas imágenes que surgen improvisadamente y en plena libertad, quizás en extrema libertad, esperanzado en que no me suceda algo tan lamentable como aquello que le ocurrió a aquel pequeño electrodoméstico que, de tan libre y tan enamorado como estaba de Sir Douglas H. Silverstone, declaró la independencia de todas las anguilas del mundo y de ciertos huevos de Pascua de los alrededores de Castel Gandolfo.
14.9.09
58. Historias del mundo contemporáneo
La fijó en su corcho con una chincheta. La chinchó en su fijo con una corcheta. La crochó en su chinche con una fijeta. Con suma fijeza sintió cómo se acorchaban sus miembros debido a la picadura de la chinche ponzoñosa. El corcho fijo, a diferencia del corcho interino, no deviene en nada parecido a las palabras que riman con chincheta, como son, por ejemplo, "jaramillo" y "amapola". En contra, los rimeros de chinches y tapones de corcho americano riman mal con los inconexos vocablos coreanos "cohing" y "ah'noh" que son los imprescindibles para la pronunciación de los derivados lácteos, como el kefir, el Danone® y el morcón nonato. Me fijo en el refajo mío y lo noto laxo como un brick de asadura blanca. Soy un bofe. Devengo bofe de continuo: "La jifó en su chorco con una chenchita".
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