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FUMPAMNUSSES!

¿Qué es Fumpamnusses!?... Fumpamnusses! es todo y es la primera vez. Siempre hay una primera vez. Escribo pues, por primera vez, en algo que tiene que ver con el exabrupto digestivo de un sapo ("Blog") sin saber siquiera lo qué es (me refiero al Blog, aunque en el fondo tampoco sé muy bien lo que es un sapo.) Mi declaración de intenciones espero que sí quede clara: me limitaré a realizar las veces que crea oportuno un ejercicio brusco, continuado y compulsivo de literatura automática, de exorcismo necesario y suficiente de los restos de energía negativa o positiva, qué sé yo, o de encauzamiento de ideas, frases o palabras que mi mente quiera en ese preciso momento que queden reflejadas en este nuevo e inefable invento. Invito, pues, a este ejercicio a todos los interesados en el arte de la improvisación mecánica, maquinal, indecorosa y pueril. No esperen grandes ideas, no espero grandes ideas, sólo el placer de ver concatenadas ciertas imágenes que surgen improvisadamente y en plena libertad, quizás en extrema libertad, esperanzado en que no me suceda algo tan lamentable como aquello que le ocurrió a aquel pequeño electrodoméstico que, de tan libre y tan enamorado como estaba de Sir Douglas H. Silverstone, declaró la independencia de todas las anguilas del mundo y de ciertos huevos de Pascua de los alrededores de Castel Gandolfo.



15.1.10

106. Fiesta en Cantora


          El artista dadá no vive en Zúrich en 1917, vive en Tortosa en 1999 y tiene 102 años. Es uno de los más viejos de la residencia para la tercera edad Nuestra Señora de Aránzazu, y su nuera Asunción le tiene muchísimo asco y quiere que se muera prontito. El artista dadá no ha podido exponer en la sala de manualidades del asilo, porque la directora de la institución, la hermana Tatiana, que es negra y de Cuba, no considera apropiados los temas de sus obras. Él le explica que el arte es libertad y Sor Tati, como la suelen llamar cariñosamente allí, le dice que sí, pero que un collage con fotos de felaciones adornadas con los propios mocos del artista, puede que no sea entendido por los demás residentes y sus familiares. El artista dadá no lo entiende e intenta aminorar el impacto visual de sus composiciones. Realiza entonces dos obras ensamblando pedazos de pañal de incontinencia usado y pegándolos en el lienzo con un engrudo hecho con su propia orina y trozos de papas cocidas. Sor Tati continúa negándose, esta vez por el hedor insoportable que expele la composición. El artista dadá de Tortosa sigue sin entender el poco estímulo creativo ofrecido por la institución que lo acoge. Se pasa entonces a la escultura con arcilla. En el taller de alfarería consigue hacer un botijo en dos semanas. Se lo regala a Sor Tati, que se pone muy contenta. Pero que muy contenta.