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FUMPAMNUSSES!

¿Qué es Fumpamnusses!?... Fumpamnusses! es todo y es la primera vez. Siempre hay una primera vez. Escribo pues, por primera vez, en algo que tiene que ver con el exabrupto digestivo de un sapo ("Blog") sin saber siquiera lo qué es (me refiero al Blog, aunque en el fondo tampoco sé muy bien lo que es un sapo.) Mi declaración de intenciones espero que sí quede clara: me limitaré a realizar las veces que crea oportuno un ejercicio brusco, continuado y compulsivo de literatura automática, de exorcismo necesario y suficiente de los restos de energía negativa o positiva, qué sé yo, o de encauzamiento de ideas, frases o palabras que mi mente quiera en ese preciso momento que queden reflejadas en este nuevo e inefable invento. Invito, pues, a este ejercicio a todos los interesados en el arte de la improvisación mecánica, maquinal, indecorosa y pueril. No esperen grandes ideas, no espero grandes ideas, sólo el placer de ver concatenadas ciertas imágenes que surgen improvisadamente y en plena libertad, quizás en extrema libertad, esperanzado en que no me suceda algo tan lamentable como aquello que le ocurrió a aquel pequeño electrodoméstico que, de tan libre y tan enamorado como estaba de Sir Douglas H. Silverstone, declaró la independencia de todas las anguilas del mundo y de ciertos huevos de Pascua de los alrededores de Castel Gandolfo.



28.12.09

96. La materia oscura, una visión desde el interior


          Las tres vías de perfección, según Ivenio Trimigesto, eran sólo dos: ser bueno. Pero ser bueno no es fácil. Don Serafín Buendía Colillo, Marqués de la Marome es bueno, tiene terneras en número de mil cien en su finca de Colorado. A todas les regala, porque sí, un mandil a cuadros y una escopeta de aire comprimido. A todas les pone nombres alegóricos. Una ternera (Céfiro Matutino) se enamoró del Marqués y vivieron amancebados en el rancho varias semanas. Después se enamoró otra ternera (Invierno Luctuoso), y luego otra (Ambrosía del Valle), y así sucesivamente en número de mil cien. Don serafín es bueno con todas ellas. Vuelve a regalarles otro mandil a cuadros y otra escopeta de aire comprimido a cada una de las terneras. Don serafín es bueno, como ya queda reseñado, y ovolactovegetariano grado II en la escala de Simonssen. En los ranchos adyacentes al suyo viven personas. También en los no colindantes y asimismo en casi todos los ranchos de los estados sureños. Posiblemente en los del norte, también. Don serafín siempre es bueno, siempre lo ha sido durante toda su vida, casi de manera constante. Yo no sé la cantidad de mandiles a cuadros y escopetas de aire comprimido que llegaron a acumular sus mil cien terneras. Bueno, sí lo sé, pero lo diré más adelante. El desayuno de Don Serafín se rige por el principio de Simonssen, según el cual el desayuno, la ingesta menos importante del día, debe consistir en un rezo y en un estremecimiento por el clima. A rajatabla llevó el Marqués este precepto. Todavía vive este noble de Colorado en su rancho de Colorado. Cada una de las mil cien terneras tiene mil cien mandiles a cuadros y mil cien escopetas de aire comprimido. Hace tiempo que ya Don Serafín, aunque sigue siendo bueno, no les regala a sus terneras ninguna cosa. Se va a morir. Desayuna mucho.