+

FUMPAMNUSSES!

¿Qué es Fumpamnusses!?... Fumpamnusses! es todo y es la primera vez. Siempre hay una primera vez. Escribo pues, por primera vez, en algo que tiene que ver con el exabrupto digestivo de un sapo ("Blog") sin saber siquiera lo qué es (me refiero al Blog, aunque en el fondo tampoco sé muy bien lo que es un sapo.) Mi declaración de intenciones espero que sí quede clara: me limitaré a realizar las veces que crea oportuno un ejercicio brusco, continuado y compulsivo de literatura automática, de exorcismo necesario y suficiente de los restos de energía negativa o positiva, qué sé yo, o de encauzamiento de ideas, frases o palabras que mi mente quiera en ese preciso momento que queden reflejadas en este nuevo e inefable invento. Invito, pues, a este ejercicio a todos los interesados en el arte de la improvisación mecánica, maquinal, indecorosa y pueril. No esperen grandes ideas, no espero grandes ideas, sólo el placer de ver concatenadas ciertas imágenes que surgen improvisadamente y en plena libertad, quizás en extrema libertad, esperanzado en que no me suceda algo tan lamentable como aquello que le ocurrió a aquel pequeño electrodoméstico que, de tan libre y tan enamorado como estaba de Sir Douglas H. Silverstone, declaró la independencia de todas las anguilas del mundo y de ciertos huevos de Pascua de los alrededores de Castel Gandolfo.



18.12.09

92. Vinagre de cebolla albarrana


          Los fastos con que conmemoran los abisinios la derrota de su ejército frente al invasor italiano son de una imaginación que ya, ya. Estos fastos son como las croquetas, que algunas crecen y crecen hasta convertirse en severos bastiones de la moral pública, y otras, en su adusta inmovilidad, persisten en su naturaleza de fritanga necia. El cardamomo, arbusto herbáceo y emblema que centra el escudo de la ciudad de Adís Abeba, le da mucho sabor a la masa de las croquetas, y produce un incremento en la calidad de los poemas que estos negros ancestrales perpetran en las espaldas de las núbiles doncellas de las tribus sometidas. Estos poemas comienzan por un lamento de cazadores ante la falta de piezas a cobrar y terminan por un canto lúdico a la luna y a los testículos del tapir salvaje de la sabana. Los abisinios son de pelo ensortijadísimo y poseen once variedades autóctonas de piojos, algunos muy chiquitos y otros grandes y sabios. El Negus nunca ha tenido contacto con el agua y sus once esposas, tampoco. Es por ello que el occidental que visita la cámara real, por algún asunto diplomático, por ejemplo, nota un tufillo como a cardamomo, como a croqueta, que no se sabe explicar de momento sino está avezado en el conocimiento de las costumbres y modos abisinios. En la Italia meridional son muy apreciadas las croquetas de tapir, denominadas en Nápoles croquetas de tapir, así, tal cual.