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FUMPAMNUSSES!
¿Qué es Fumpamnusses!?... Fumpamnusses! es todo y es la primera vez. Siempre hay una primera vez. Escribo pues, por primera vez, en algo que tiene que ver con el exabrupto digestivo de un sapo ("Blog") sin saber siquiera lo qué es (me refiero al Blog, aunque en el fondo tampoco sé muy bien lo que es un sapo.) Mi declaración de intenciones espero que sí quede clara: me limitaré a realizar las veces que crea oportuno un ejercicio brusco, continuado y compulsivo de literatura automática, de exorcismo necesario y suficiente de los restos de energía negativa o positiva, qué sé yo, o de encauzamiento de ideas, frases o palabras que mi mente quiera en ese preciso momento que queden reflejadas en este nuevo e inefable invento. Invito, pues, a este ejercicio a todos los interesados en el arte de la improvisación mecánica, maquinal, indecorosa y pueril. No esperen grandes ideas, no espero grandes ideas, sólo el placer de ver concatenadas ciertas imágenes que surgen improvisadamente y en plena libertad, quizás en extrema libertad, esperanzado en que no me suceda algo tan lamentable como aquello que le ocurrió a aquel pequeño electrodoméstico que, de tan libre y tan enamorado como estaba de Sir Douglas H. Silverstone, declaró la independencia de todas las anguilas del mundo y de ciertos huevos de Pascua de los alrededores de Castel Gandolfo.
¿Qué es Fumpamnusses!?... Fumpamnusses! es todo y es la primera vez. Siempre hay una primera vez. Escribo pues, por primera vez, en algo que tiene que ver con el exabrupto digestivo de un sapo ("Blog") sin saber siquiera lo qué es (me refiero al Blog, aunque en el fondo tampoco sé muy bien lo que es un sapo.) Mi declaración de intenciones espero que sí quede clara: me limitaré a realizar las veces que crea oportuno un ejercicio brusco, continuado y compulsivo de literatura automática, de exorcismo necesario y suficiente de los restos de energía negativa o positiva, qué sé yo, o de encauzamiento de ideas, frases o palabras que mi mente quiera en ese preciso momento que queden reflejadas en este nuevo e inefable invento. Invito, pues, a este ejercicio a todos los interesados en el arte de la improvisación mecánica, maquinal, indecorosa y pueril. No esperen grandes ideas, no espero grandes ideas, sólo el placer de ver concatenadas ciertas imágenes que surgen improvisadamente y en plena libertad, quizás en extrema libertad, esperanzado en que no me suceda algo tan lamentable como aquello que le ocurrió a aquel pequeño electrodoméstico que, de tan libre y tan enamorado como estaba de Sir Douglas H. Silverstone, declaró la independencia de todas las anguilas del mundo y de ciertos huevos de Pascua de los alrededores de Castel Gandolfo.
31.12.09
98. Puntos de fuga
30.12.09
97. Los límites del Aurresku
28.12.09
96. La materia oscura, una visión desde el interior
26.12.09
95. Cosas de la edad tardía
23.12.09
94. Monsieur Didier se va a la montaña
21.12.09
93. Ensayos de ingratitud
18.12.09
92. Vinagre de cebolla albarrana
16.12.09
91. El teatro de Lola Membrives
15.12.09
90. La Liga Hanseática y los guisantes de olor
14.12.09
89. Cosmogonía del pene
Estoy atravesando el mayor bache emocional y anímico de mi vida. He pospuesto varios días la ejecución del dictamen. Me lo comunicaron a través de un free-xmin' el pasado jueves. No necesito exponeros, viejos camaradas, lo que me entró por el cuerpo. Me puse de inmediato en comunicación con Fray Buchanan, pero me dijo que él ya no estaba en eso, que llamara a Lourditas o a Deseada Miñón Cotán. No lo hice, me daba vergüenza, después de lo de Valladolid. El plazo de finalización para la ejecución del dictamen se acerca. Ya ni sé el número de leotardos que me he puesto, y nada. He salido de parranda con mis dos castores para despejar un poco el velo de angustia que me cubre, pero no me ha servido tampoco de nada. En televisión no han emitido comunicado alguno. En la prensa sí, pero en páginas poco legibles. Me llamó ayer Sir Thomas Arlington para una paparruchada, yo creo que sabe o sospecha algo. Me informó el goliardo de Yuste que las aguas estaban calmas en casa del comisionado, pero yo ya no me fío de nada ni de nadie. Cené ayer angulas con Coca-cola con mi madre Juana. Mi padre había ido con Fontanalls a por agua mineral con gas a la taberna. Todo es un caos. Y las corridas de toros que tenía apalabradas con Tonino se van a ir al garete. Voy a huir, creo que no me queda otra. Me da pena tener que dejar Bodas de sangre a la mitad.
9.12.09
88. Serenidades
Se me viene encima un enjundioso problema que va a abastecerme de ansiedad los próximos meses. Verán ustedes: yo soy camionero, o transportista, como ustedes prefieran, pero sólo de soslayo. La policía de fronteras me conoce de oídas, y la policía metropolitana me supone muerto. Hace unos días, los jefes de la Mesta del Norte me hicieron un encargo por mediación de la viuda Hissman, que yo acepté con sumo placer, pues ahí no hay problemas de plata. A su vez, los beatos de Santa Marta me suplicaron que no lo hiciera, que me llevara de sus cuevas lo que quisiera, pero que no realizara el porte de momento, no fuera que el Señor me castigara con hijos zurdos, o bisoños en cuanto a templanza y temperamento. Pero el pacto tácito con la Mesta norteña ya se daba por iniciado y al volver a la alquería, por si me devolvían el documentario, ellos ya habían partido hacia los mares del sureste continental. Así que doblé por San Aurelio, y en Santa Marta me despedí de la beatería con dolor de corazón. Y aquí me ven ustedes, con el tráiler hasta arriba de cofres, algunos sobradamente radiactivos, otros merecidamente perniciosos y los más, atestados de droga inane para los habitantes de Metrópoli. Pero es que yo sólo transporto de soslayo, no de facto. Eso, tenían que saberlo, pero me dejé llevar por la avaricia o por los vapores del betún de Judea, o yo que sé qué me pasó. ¡Vaya lío!
4.12.09
87. El capote de Truman
Avellaneda, biógrafo apócrifo de Tirso de Molina, necio y mendaz juntaletras, nacido en un lupanar de Córdoba, ha muerto esta madrugada. Sentimos en lo más profundo de nuestras almas que la gente muera. El rock'n'roll nos salvó durante algunas décadas, pensábamos que la música tribal, la droga urbana y el sexo a destajo nos harían eternos, pero no fue así, nos hicieron políticos del hare krishna, burguesones de olla y playa, rapavelas de domingo y vocingleros de la champion. Somos menos limpios por ello, lo reconocemos todos cuando nos encontramos en los vagones del metro, y nos hacemos los locos para no sentirnos carcomidos por la vergüenza de los traidores. Así que, no aguantando más, he decidido apoderar a un púgil de La Elipa, que me han asegurado tiene una pegada letal. Se llama Augusto Rebollo y nació en un lupanar cordobés, como todo el mundo. Hoy me lo van a presentar. Hemos quedado a almorzar el Rey, el Conseller de Educació i Cultura del Govern de les Illes Balears, la duquesa de Medina Sidonia, que Dios la tenga en su seno, y yo, para hablar de boxeo en general y de Augusto Rebollo en particular, pero éste último no es seguro que venga, porque es presidente de una mesa petitoria en el Día Mundial de la Hiperplasia Benigna de Próstata, que se celebra precisamente hoy, ¡qué fatalidad!
3.12.09
86. Porn symphony
El abrecartas se hallaba clavado en el cuello de la doncella, atravesándolo de lado a lado. Aun así nos dispensó una educada sonrisa mientras nos recogía el sombrero, el abrigo y los aperos de labranza a mi ayudante y a mí, y nos hacía pasar con un gesto conminatorio de su brazo izquierdo al salón. Allí, con dos disparos en la cara, lo que hacía ciertamente difícil su reconocimiento, nos tendió la mano y nos saludó afectuosamente el barón Ducatti, que nos hizo sentar en el acogedor sofá de cuero rojo junto a la chimenea y nos ofreció una copa de oporto con galletitas. A un lado del escritorio estilo regencia yacía dormida en una otomana la baronesa Ducatti, de la que colgaban sus intestinos hasta la alfombra persa, probablemente debido a los dos tiros a quemarropa que, según nos informó el barón, le había pegado el mayordomo. Pero la baronesa se despertó en seguida, quizás a consecuencia del zumbido de las moscas que pululaban gozosas en el charquito de sangre abdominal de su vestido negro. Recogiendo con gracia su manojo de tripas se levantó y nos saludó con suma deferencia, ofreciéndonos otra copita de oporto, esta vez acompañada de galletas gigantes. Preguntada la doncella por el causante de la agresión, también respondió con plena seguridad haber sido asesinada por el mayordomo. El barón también fue tajante en este extremo: el mayordomo sin duda fue el que le disparó dos veces a la faz. Mi ayudante no cesó en ningún momento de tomar notas. Esa misma noche procedimos a la detención del mayordomo, que confesó, sin presionarlo, ser el autor de la muerte de la doncella y de los varones Ducatti. Igualmente confesó ser el autor de tres novelas bizantinas y de dos entremeses de tema manchego.
2.12.09
85. Panorama actual de la novela histórica
Erik Satie conoció en su juventud a Jürgen T., transformista muniqués de escasos dos metros de altura, filósofo a ratos y profeta diletante. Le compuso una pieza titulada Foxtrot pour JT una tarde de ajenjo y crepúsculos renuentes en aquel París que, aunque dicen que existió, no existió jamás, o si existió lo hizo de manera inconstante en la mente de algún pintor impresionado, desconocido y rico. Una tarde de grisura otoñal se les unió Dita Rizzo, artista antigua de variedades invariables, alcohólica y divertida. Satie le compuso una pequeña oda sinfónica a la que tituló Sonatina pour Dita. Entre aullidos de gato y maullidos de lobo el amanecer los cazaba fácilmente, derrengados en el césped de jardines prohibidos y húmedos. Una mañana estival de calor agropecuario conocieron a Benny Tibbs, agregado cultural de la embajada americana y nocherniego empedernido. Poco hizo falta para que se uniera al grupo y para que Satie le compusiera una humorística pieza, para ser tocada a cuatro manos, que llevaba por título Chanson pour le Ambassador. Las amistades en el París de entonces no eran sólidas. La cultura francesa y sus costumbres no prestan mucha atención a la amistad, de hecho, en francés no existen las palabras amistad ni amigo. Nadie que yo conozca tiene un amigo francés. Mi mujer es francesa, y mi madre, y mi amante Georgette, y mi hijo Jean-Claude, pero ellos no son mis amigos, ¿para qué?
1.12.09
84. El celibato de Calvino
Ed Gain, el asesino caníbal de Wisconsin, no nació en Wisconsin, sino en Duluth, Minnesota. De allí salió a los dieciocho años, en 1955, rumbo al sur con su maleta de vanadio y dos docenas de huevos duros como piñones. A los quince años ya se había comido viva a su prima carnal Abigail de cuatro años y un año después al Sargento de West Point, Doug Nash, al que primero mató con un hacha pequeñita. Hasta que salió de Duluth no mató ni se comió a nadie más, que se sepa. De camino a Wisconsin, a donde se dirigía para trabajar en el rancho de una hermana de su madre, se comió a dos chicas de un coro de góspel, a las que mató con una machota nueva, y poco antes de llegar, al dueño de un bar de carretera llamado Curt Bennet, al que estranguló y violó, por ese orden. Ya en Wisconsin, más concretamente cerca de Madison, donde se encontraba el rancho de tía Paulette, lo primero que hizo al verla fue pegarle un tiro y comérsela. En los siguientes seis años mató y se comió a trescientos veinticinco ciudadanos de Wisconsin. No era un buen chico este Ed Gain. Se diría que era una mala persona. En su confesión, que quiso hacer por escrito, cometió innumerables faltas de ortografía y durante la vista eructó y ventoseó sin el menor recato.
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