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FUMPAMNUSSES!

¿Qué es Fumpamnusses!?... Fumpamnusses! es todo y es la primera vez. Siempre hay una primera vez. Escribo pues, por primera vez, en algo que tiene que ver con el exabrupto digestivo de un sapo ("Blog") sin saber siquiera lo qué es (me refiero al Blog, aunque en el fondo tampoco sé muy bien lo que es un sapo.) Mi declaración de intenciones espero que sí quede clara: me limitaré a realizar las veces que crea oportuno un ejercicio brusco, continuado y compulsivo de literatura automática, de exorcismo necesario y suficiente de los restos de energía negativa o positiva, qué sé yo, o de encauzamiento de ideas, frases o palabras que mi mente quiera en ese preciso momento que queden reflejadas en este nuevo e inefable invento. Invito, pues, a este ejercicio a todos los interesados en el arte de la improvisación mecánica, maquinal, indecorosa y pueril. No esperen grandes ideas, no espero grandes ideas, sólo el placer de ver concatenadas ciertas imágenes que surgen improvisadamente y en plena libertad, quizás en extrema libertad, esperanzado en que no me suceda algo tan lamentable como aquello que le ocurrió a aquel pequeño electrodoméstico que, de tan libre y tan enamorado como estaba de Sir Douglas H. Silverstone, declaró la independencia de todas las anguilas del mundo y de ciertos huevos de Pascua de los alrededores de Castel Gandolfo.



15.5.10

144. Diálogo de sepias


          Esta mañana me he levantado muy temprano, y tras abonar el terruño con guindas en aguardiente, me he arrellanado en el sillón orejero y me he dispuesto a escuchar el Concierto para Doscientos Metrónomos de Ligeti. A mitad de la pieza me entró un ansia inesperada e inaplazable de conocer a una meretriz. Así que me dirigí con gran presteza al Palacio Arzobispal donde su titular, amigo desde la infancia allá en el Colegio de los Hermanos Carmelitanos de Éibar, me permitió el acceso a los Libros Negros Censitarios de Mujeres Perdidas. Lilian Morales, "la Cimarrona" fue la elegida al azar. Sus señas eran: Avda. Plutarco Elías, 29 (Club "La Chacharita") 84200 Agua Prieta, Sonora. México. Monseñor, en un gesto que le honra, puso a mi disposición su jet privado, y tras doce horas de vuelo he llegado a mi destino. La Chacharita todavía estará abierta, supongo. Tras acicalarme llego al local de alterne. Pregunto por ella a un enano zambo con sombrero tejano y me indica que se halla en la parte de atrás. Allí me dirijo con él. Me señala con su dedo ensortijado a una enana zamba con sombrero mejicano. Me presento y pone cara de enana zamba exasperada. Dice estar hasta sus partes de Ligeti. Odia la música clásica contemporánea en general y a Ligeti en particular. Docenas de visitantes de todos los países del mundo vienen a asediarla tras la audición de no sé qué vaina de música de metrónomos. Así que me ha mandado a chingar a mi madre.