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FUMPAMNUSSES!

¿Qué es Fumpamnusses!?... Fumpamnusses! es todo y es la primera vez. Siempre hay una primera vez. Escribo pues, por primera vez, en algo que tiene que ver con el exabrupto digestivo de un sapo ("Blog") sin saber siquiera lo qué es (me refiero al Blog, aunque en el fondo tampoco sé muy bien lo que es un sapo.) Mi declaración de intenciones espero que sí quede clara: me limitaré a realizar las veces que crea oportuno un ejercicio brusco, continuado y compulsivo de literatura automática, de exorcismo necesario y suficiente de los restos de energía negativa o positiva, qué sé yo, o de encauzamiento de ideas, frases o palabras que mi mente quiera en ese preciso momento que queden reflejadas en este nuevo e inefable invento. Invito, pues, a este ejercicio a todos los interesados en el arte de la improvisación mecánica, maquinal, indecorosa y pueril. No esperen grandes ideas, no espero grandes ideas, sólo el placer de ver concatenadas ciertas imágenes que surgen improvisadamente y en plena libertad, quizás en extrema libertad, esperanzado en que no me suceda algo tan lamentable como aquello que le ocurrió a aquel pequeño electrodoméstico que, de tan libre y tan enamorado como estaba de Sir Douglas H. Silverstone, declaró la independencia de todas las anguilas del mundo y de ciertos huevos de Pascua de los alrededores de Castel Gandolfo.



7.5.10

140. Frutería-Verdulería Arcimboldo


          Me acaban de traer a la morgue. He tenido un accidente mortal. Conducía el Hispano Suiza de tía Brígida y he chocado de frente con el carrito de helados de Tinín; creo que lo he matado. No importa mucho porque Tinín es tonto y como heladero minorista era un desastre. Siempre que le pedías un cucurucho de vainilla con bosta, o te lo ponía sólo de vainilla o sólo de bosta. La verdad es que Tinín iba por su sitio. Pero yo sí que iba mareado. Había quedado a comer con el Notario Vargas y con el procurador Estébanez, y tras las firmas nos pusimos hasta el culo de Calisay®. Dentro de un rato me va a hacer la autopsia Nicolasito Méndez, el hijo de Tato Méndez, el ferretero, que hay que ver que buen estudiante le salió el chico: forense a los treinta años. Los siento por tía Brígida. El Hispano Suiza ha quedado para la chatarra. Pero ya no podemos hacer nada. Por cierto que aquí hace un frío que pela. Tinín tiene que estar aquí al lado. Él está más acostumbrado al frío. Yo espero que la autopsia no duela. Lo peor de estas cosas son los trámites, creo yo. Tengo ganas ya de que pase todo y poder descansar en la tumba tranquilito, después de la ambulancia, del hospital, la morgue, el tanatorio, la Misa, qué coñazo.
          Ahora me está entrando sueño, un sueño raro.
          Espero que Tinín me perdone.