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FUMPAMNUSSES!

¿Qué es Fumpamnusses!?... Fumpamnusses! es todo y es la primera vez. Siempre hay una primera vez. Escribo pues, por primera vez, en algo que tiene que ver con el exabrupto digestivo de un sapo ("Blog") sin saber siquiera lo qué es (me refiero al Blog, aunque en el fondo tampoco sé muy bien lo que es un sapo.) Mi declaración de intenciones espero que sí quede clara: me limitaré a realizar las veces que crea oportuno un ejercicio brusco, continuado y compulsivo de literatura automática, de exorcismo necesario y suficiente de los restos de energía negativa o positiva, qué sé yo, o de encauzamiento de ideas, frases o palabras que mi mente quiera en ese preciso momento que queden reflejadas en este nuevo e inefable invento. Invito, pues, a este ejercicio a todos los interesados en el arte de la improvisación mecánica, maquinal, indecorosa y pueril. No esperen grandes ideas, no espero grandes ideas, sólo el placer de ver concatenadas ciertas imágenes que surgen improvisadamente y en plena libertad, quizás en extrema libertad, esperanzado en que no me suceda algo tan lamentable como aquello que le ocurrió a aquel pequeño electrodoméstico que, de tan libre y tan enamorado como estaba de Sir Douglas H. Silverstone, declaró la independencia de todas las anguilas del mundo y de ciertos huevos de Pascua de los alrededores de Castel Gandolfo.



21.4.10

133. De regreso a La Alcarria


          Si recordáis las máquinas de Tinguely, recordaréis a las hermanas Follarat-Grifolls, afamadas coleccionistas de objetos artísticos modernos del Priorat. Vamos a ver si nos entendemos: no es que las hermanas coleccionistas coleccionaran objetos artísticos modernos realizados en o por artistas ubicados o nacidos en la región del Priorat, no. Las que eran nacidas en el Priorat eran las dos hermanas Follarat-Griffols. ¿Ha quedado claro? Bien, sigamos. De las veintiséis máquinas que realizó en vida el maestro Tinguely, las hermanas poseían veintidós. De las once que realizó tras su fallecimiento, las Follarat-Griffolls tenían nueve. A parte de las famosas máquinas de Tinguely, su más preciado tesoro, las hermanas adquirieron tres móviles de Calder, cuatro ready-made de Duchamp, doce latas de melva automáticas de Chris Davos-Kurtz, un sanpancracio articulado de Tao Naomita, dos instalaciones de minimalismo fluorescente de Dan Flavin, cuatro facistoles gigantes de metacrilato rosa de Deanna Baeza, cinco niñas saltando a la comba de Ron Mueck, y diverso material de arte bélico de Keith Forman. El arte moderno gusta mucho en el Priorat, más en Ulldemolins y Porrera que en Poboleda y Cabacés, donde son más conservadores para el arte. Las hermanas Follarat-Griffolls residen en Margalef de Montsant, en una casa solariega que heredaron de su padre, don Josep. Ambas son solteras, ancianas y adineradas.