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FUMPAMNUSSES!

¿Qué es Fumpamnusses!?... Fumpamnusses! es todo y es la primera vez. Siempre hay una primera vez. Escribo pues, por primera vez, en algo que tiene que ver con el exabrupto digestivo de un sapo ("Blog") sin saber siquiera lo qué es (me refiero al Blog, aunque en el fondo tampoco sé muy bien lo que es un sapo.) Mi declaración de intenciones espero que sí quede clara: me limitaré a realizar las veces que crea oportuno un ejercicio brusco, continuado y compulsivo de literatura automática, de exorcismo necesario y suficiente de los restos de energía negativa o positiva, qué sé yo, o de encauzamiento de ideas, frases o palabras que mi mente quiera en ese preciso momento que queden reflejadas en este nuevo e inefable invento. Invito, pues, a este ejercicio a todos los interesados en el arte de la improvisación mecánica, maquinal, indecorosa y pueril. No esperen grandes ideas, no espero grandes ideas, sólo el placer de ver concatenadas ciertas imágenes que surgen improvisadamente y en plena libertad, quizás en extrema libertad, esperanzado en que no me suceda algo tan lamentable como aquello que le ocurrió a aquel pequeño electrodoméstico que, de tan libre y tan enamorado como estaba de Sir Douglas H. Silverstone, declaró la independencia de todas las anguilas del mundo y de ciertos huevos de Pascua de los alrededores de Castel Gandolfo.



26.7.10

165. Maltrecha simiente, además de venenosa


          Estoy sumido, muy sumido en el pantano de no querer seguir siendo. No así, como soy ahora, sino "siendo" en la totalidad. Otro modo me es no imaginado a fuerza de no haberlo sido. No es irme, sino no estar o no haber venido por no ser ni esperado ni tan siquiera intuido. Para adolecer hay que sentirse carente y eso es lo que desearía de pleno: la carencia absoluta para no ser ni en un atisbo, ni por asomo, para nada y para nadie, la abolición no necesaria, pues abolir lo inabolible es lo que me pertenece y a lo que tiendo. Ser un no-pensamiento en la mente de un ser inaprensible e inexistente. Situación al margen de un proyecto de realidad, del lado oscuro o luminoso de un tremendo vacío, cubierto de oquedad inimaginada. No ser en todo el espacio-tiempo de una ausencia. El deseo que empaña mi energía yacente es contrario al deseo del verbo. He de estar fuera del camino de Dios, marginado de su boceto, intrascendente a su halo y a su sino. La huida precoz, el fin sin fin porque no hay principio. Regalo los efectos, los dono al éter confuso de las vicisitudes vitales de algo o de alguien. No los quiero. Mucho menos quiero ser causa. La cedo también a los coleccionistas de locuras enquistadas en la materia que tanto aprecian. Quiero ser sólo el adiós, aunque sé que la nada también se halla arañada, incomprensiblemente, de odios y esperanzas.