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FUMPAMNUSSES!

¿Qué es Fumpamnusses!?... Fumpamnusses! es todo y es la primera vez. Siempre hay una primera vez. Escribo pues, por primera vez, en algo que tiene que ver con el exabrupto digestivo de un sapo ("Blog") sin saber siquiera lo qué es (me refiero al Blog, aunque en el fondo tampoco sé muy bien lo que es un sapo.) Mi declaración de intenciones espero que sí quede clara: me limitaré a realizar las veces que crea oportuno un ejercicio brusco, continuado y compulsivo de literatura automática, de exorcismo necesario y suficiente de los restos de energía negativa o positiva, qué sé yo, o de encauzamiento de ideas, frases o palabras que mi mente quiera en ese preciso momento que queden reflejadas en este nuevo e inefable invento. Invito, pues, a este ejercicio a todos los interesados en el arte de la improvisación mecánica, maquinal, indecorosa y pueril. No esperen grandes ideas, no espero grandes ideas, sólo el placer de ver concatenadas ciertas imágenes que surgen improvisadamente y en plena libertad, quizás en extrema libertad, esperanzado en que no me suceda algo tan lamentable como aquello que le ocurrió a aquel pequeño electrodoméstico que, de tan libre y tan enamorado como estaba de Sir Douglas H. Silverstone, declaró la independencia de todas las anguilas del mundo y de ciertos huevos de Pascua de los alrededores de Castel Gandolfo.



9.7.10

159. La samba como excusa


          "Pervirtamos el sentimiento y demos alas al enojo. Se nos insta de continuo al abordaje de naves desconocidas y a la conquista de islas ignotas. El griterío nos embravece y nos estimula en el fragor del asalto. Las hormonas guerreras nos dejan sin aliento gran parte de nuestra capacidad de pensamiento racional. Ha de ser así, si hacemos caso de lo que nos dicen nuestros estrategas y adalides. No pensar es el arma más deletérea del guerrero, y los generales lo saben, y le incitan a dejar su mente en blanco, nieve dura y espesa sobre la que erigen el palacio del poder y la gloria efímera de la batalla. Pervirtamos, pues, el sentimiento, y dispersemos nuestro enojo sobre el yermo de la llanura que humea aún tras la quema de rastrojos, tras el exterminio de nuestras preguntas sin respuestas. El enojo será nuestra punta de lanza invertida, regresaremos de nuestras batidas, de nuestras cargas contra el débil enemigo, de nuestras montaraces razzias, y de nuevo en el punto de partida dominaremos el futuro cuestionándonos el pasado y gozando de un presente más limpio, bruñido y acrisolado...

          Palabra de Dios..."