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FUMPAMNUSSES!

¿Qué es Fumpamnusses!?... Fumpamnusses! es todo y es la primera vez. Siempre hay una primera vez. Escribo pues, por primera vez, en algo que tiene que ver con el exabrupto digestivo de un sapo ("Blog") sin saber siquiera lo qué es (me refiero al Blog, aunque en el fondo tampoco sé muy bien lo que es un sapo.) Mi declaración de intenciones espero que sí quede clara: me limitaré a realizar las veces que crea oportuno un ejercicio brusco, continuado y compulsivo de literatura automática, de exorcismo necesario y suficiente de los restos de energía negativa o positiva, qué sé yo, o de encauzamiento de ideas, frases o palabras que mi mente quiera en ese preciso momento que queden reflejadas en este nuevo e inefable invento. Invito, pues, a este ejercicio a todos los interesados en el arte de la improvisación mecánica, maquinal, indecorosa y pueril. No esperen grandes ideas, no espero grandes ideas, sólo el placer de ver concatenadas ciertas imágenes que surgen improvisadamente y en plena libertad, quizás en extrema libertad, esperanzado en que no me suceda algo tan lamentable como aquello que le ocurrió a aquel pequeño electrodoméstico que, de tan libre y tan enamorado como estaba de Sir Douglas H. Silverstone, declaró la independencia de todas las anguilas del mundo y de ciertos huevos de Pascua de los alrededores de Castel Gandolfo.



19.7.10

163. Mucho mejor con moño


          Tantos años sin ver negros por las calles..., tantos años viendo chinos en cinemascope..., y ahora, chinos y negros por todos lados. En mi esquina limosnera les pido a negros y a chinos monedas para ir a San Juan de Puerto Rico en un barquito de vela, y ellos no me dan nada porque son pobres y avaros. El amarillo y el negro son colores que se obstaculizan en las calles. Comprueben y verán que jamás caminan un chino y un negro en el mismo tramo de una avenida. Cosa curiosa, sin duda. Se anulan entre sí. Los chinos, si fueran negros, emigrarían al sur, los muy bobos, y si el negro, ya luenga la coleta y rasgados sus ojillos algodoneros, emigra, lo haría al este, el muy estúpido. Yo sigo pidiéndoles los óbolos que necesito en mi esquinita limosnera y ellos siguen sin mirarme siquiera, porque chinos y negros son poco conmiserativos y todo lo que tienen de poco lenguaraces lo tienen de sibilinos y displicentes para con los más miserables que ellos. Por eso no saben ni siquiera regresar a su tierra natal una vez emigrados. No tienen miras, y para ambos (negro y chino / chino y negro) el futuro es casi inexistente. Cuando llegue a San Juan de Puerto Rico me haré cónsul y aboliré la pena de suerte. Me casaré con la hija miope de un rico hacendado y escribiré la Historia General de las Migraciones en América Latina. Tendré hijos miopes y ricos, y amantes chinas y negras por todas partes de la isla.