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FUMPAMNUSSES!

¿Qué es Fumpamnusses!?... Fumpamnusses! es todo y es la primera vez. Siempre hay una primera vez. Escribo pues, por primera vez, en algo que tiene que ver con el exabrupto digestivo de un sapo ("Blog") sin saber siquiera lo qué es (me refiero al Blog, aunque en el fondo tampoco sé muy bien lo que es un sapo.) Mi declaración de intenciones espero que sí quede clara: me limitaré a realizar las veces que crea oportuno un ejercicio brusco, continuado y compulsivo de literatura automática, de exorcismo necesario y suficiente de los restos de energía negativa o positiva, qué sé yo, o de encauzamiento de ideas, frases o palabras que mi mente quiera en ese preciso momento que queden reflejadas en este nuevo e inefable invento. Invito, pues, a este ejercicio a todos los interesados en el arte de la improvisación mecánica, maquinal, indecorosa y pueril. No esperen grandes ideas, no espero grandes ideas, sólo el placer de ver concatenadas ciertas imágenes que surgen improvisadamente y en plena libertad, quizás en extrema libertad, esperanzado en que no me suceda algo tan lamentable como aquello que le ocurrió a aquel pequeño electrodoméstico que, de tan libre y tan enamorado como estaba de Sir Douglas H. Silverstone, declaró la independencia de todas las anguilas del mundo y de ciertos huevos de Pascua de los alrededores de Castel Gandolfo.



14.7.10

160. Toros en el Magreb


          Los órdenes arquitectónicos griegos, los arquitectos griegos ordenados, la arquitectura ordenada griega y las órdenes de arquitectos griegos son todo la misma cosa. La columna protodórica, el friso mesojónico y las metopas tardocorintias son la misma cosa. Los fustes de los elementos sustentantes, con su variable número de acanaladuras y su diferente profundidad, la mesura singular de los triglifos y la riqueza plástica de sus tímpanos son todo ello la misma cosa. En conjunto y en sus partes la Hélade, el concepto histórico del Peloponeso, las ciudades-estados de genealogía micénica y un ágora encendida de proteicos discursos son todo la misma cosa. Provenimos de "la cosa" y nos dirigimos a "otra cosa" muy alejada en el tiempo y en el espacio de la "cosa primigenia". La Biblia se diferencia de lo griego en que es "muchas cosas", no "la cosa". La Biblia es: prepucios desgarrados, batallas de hombres contra hombres-insecto, genealogía de algunos ríos, hombres locos, llanto eterno, cruces curiosas, cruces curiosos y mucha muerte. La Biblia nos separa del tiempo griego y de la tierra griega, con todo lo que ello supuso y supone.

          Todo lo que acabo de referir es cierto, aunque no soy cristiano viejo ni tomo jamás yogur, si acaso tomo alguna vez una mousaka bendecida en el almuerzo, pero sólo de vez en cuando.