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FUMPAMNUSSES!

¿Qué es Fumpamnusses!?... Fumpamnusses! es todo y es la primera vez. Siempre hay una primera vez. Escribo pues, por primera vez, en algo que tiene que ver con el exabrupto digestivo de un sapo ("Blog") sin saber siquiera lo qué es (me refiero al Blog, aunque en el fondo tampoco sé muy bien lo que es un sapo.) Mi declaración de intenciones espero que sí quede clara: me limitaré a realizar las veces que crea oportuno un ejercicio brusco, continuado y compulsivo de literatura automática, de exorcismo necesario y suficiente de los restos de energía negativa o positiva, qué sé yo, o de encauzamiento de ideas, frases o palabras que mi mente quiera en ese preciso momento que queden reflejadas en este nuevo e inefable invento. Invito, pues, a este ejercicio a todos los interesados en el arte de la improvisación mecánica, maquinal, indecorosa y pueril. No esperen grandes ideas, no espero grandes ideas, sólo el placer de ver concatenadas ciertas imágenes que surgen improvisadamente y en plena libertad, quizás en extrema libertad, esperanzado en que no me suceda algo tan lamentable como aquello que le ocurrió a aquel pequeño electrodoméstico que, de tan libre y tan enamorado como estaba de Sir Douglas H. Silverstone, declaró la independencia de todas las anguilas del mundo y de ciertos huevos de Pascua de los alrededores de Castel Gandolfo.



28.7.10

166. Helado de leña


          Ettore Majorana, físico italiano desaparecido en 1938, tenía una hermana sordomuda de nacimiento que le ayudaba en los quehaceres del laboratorio. Se rumoreó que fue ella la verdadera artífice de la famosa "Teoría del protón austero" y de la no menos famosa "Ecuación de Mejorana", proceso matemático que ponía patas arriba los hallazgos de Huymann en el campo de los grupos moleculares convexos. Dado a las bebidas blancas de alta graduación alcohólica, Ettore no estaba casi nunca para nada y es probable que los rumores de su apocrifia sean ciertos, o al menos, altamente probables. La diletante sordomuda, de nombre Silvana, también bebía, pero sólo bebidas gaseosas, con cuantas más burbujas mejor. Se profesaban un amor fraternal y un respeto mutuo, pero no todos los días, ocurriendo que los fines de semana aparecía en su relación un odio fraterno poco respetuoso, en ocasiones feroz y con violentas consecuencias físicas para ambos. Quedaron huérfanos muy pronto y fueron criados por unas monjas mendicantes de Sorrento, las Hermanas Capuchinas Humilladas. Posteriormente fueron puestos en venta por las hermanas una vez adiestrados y aseados, acabando ambos en el castillo de Francesco Pianolla, donde fueron educados en las artes de la física él, y en las del amor galante ella. Otro día, quizás, continuaremos la historia de Ettore y Silvana, pero es que tengo que ir inmediatamente, con gran premura, diría yo, a hacer de vientre.

26.7.10

165. Maltrecha simiente, además de venenosa


          Estoy sumido, muy sumido en el pantano de no querer seguir siendo. No así, como soy ahora, sino "siendo" en la totalidad. Otro modo me es no imaginado a fuerza de no haberlo sido. No es irme, sino no estar o no haber venido por no ser ni esperado ni tan siquiera intuido. Para adolecer hay que sentirse carente y eso es lo que desearía de pleno: la carencia absoluta para no ser ni en un atisbo, ni por asomo, para nada y para nadie, la abolición no necesaria, pues abolir lo inabolible es lo que me pertenece y a lo que tiendo. Ser un no-pensamiento en la mente de un ser inaprensible e inexistente. Situación al margen de un proyecto de realidad, del lado oscuro o luminoso de un tremendo vacío, cubierto de oquedad inimaginada. No ser en todo el espacio-tiempo de una ausencia. El deseo que empaña mi energía yacente es contrario al deseo del verbo. He de estar fuera del camino de Dios, marginado de su boceto, intrascendente a su halo y a su sino. La huida precoz, el fin sin fin porque no hay principio. Regalo los efectos, los dono al éter confuso de las vicisitudes vitales de algo o de alguien. No los quiero. Mucho menos quiero ser causa. La cedo también a los coleccionistas de locuras enquistadas en la materia que tanto aprecian. Quiero ser sólo el adiós, aunque sé que la nada también se halla arañada, incomprensiblemente, de odios y esperanzas.

23.7.10

164. Un ramito de biznaga


          Los catalanes de Lekeitio, vizcaínos adoptivos, y los vascos de Terrassa, barceloneses de adopción, son mil seiscientos treinta y uno, todos con cara de refugiados políticos, todos con clavículas prominentes, todos con ancestros emigrados a Cuba, todos sabedores de un secreto mitad geográfico mitad sacrílego que deja a sus hermanos en muy mal lugar. Las breñas del Lekeitazgo y las frondas mediterráneas del Terrassol delimitan zonas climáticas de ozono enriquecido debido a las fermentaciones cúpricas de la flora autóctona y a la putrefacción troncular de los animalillos del bosque bajo. Este ámbito ecológico, según etólogos afamados como Niko Timbergen, es único en el mundo, lo que no significa que sea interesante. Sólo su unicidad, su solvencia como solitario ecosistema, le da su carta identitaria, nada más, porque por lo demás, posee el mismo interés que pudiera tener el tic nervioso del sacristán de la iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Alfalfa Florida de la localidad murciana de Totana. Mis agria simpatía por estos ciudadanos y su entorno me hace recordar aquella cancioncilla de Pablito Brines que decía así: "Brumas de cieno, mi alma / cohabitan sobre la aurora / mientras los carabineros / abren su pecho condecorado. / ¡Qué vivan las madreperlas, / qué mueran las grapadoras!".

19.7.10

163. Mucho mejor con moño


          Tantos años sin ver negros por las calles..., tantos años viendo chinos en cinemascope..., y ahora, chinos y negros por todos lados. En mi esquina limosnera les pido a negros y a chinos monedas para ir a San Juan de Puerto Rico en un barquito de vela, y ellos no me dan nada porque son pobres y avaros. El amarillo y el negro son colores que se obstaculizan en las calles. Comprueben y verán que jamás caminan un chino y un negro en el mismo tramo de una avenida. Cosa curiosa, sin duda. Se anulan entre sí. Los chinos, si fueran negros, emigrarían al sur, los muy bobos, y si el negro, ya luenga la coleta y rasgados sus ojillos algodoneros, emigra, lo haría al este, el muy estúpido. Yo sigo pidiéndoles los óbolos que necesito en mi esquinita limosnera y ellos siguen sin mirarme siquiera, porque chinos y negros son poco conmiserativos y todo lo que tienen de poco lenguaraces lo tienen de sibilinos y displicentes para con los más miserables que ellos. Por eso no saben ni siquiera regresar a su tierra natal una vez emigrados. No tienen miras, y para ambos (negro y chino / chino y negro) el futuro es casi inexistente. Cuando llegue a San Juan de Puerto Rico me haré cónsul y aboliré la pena de suerte. Me casaré con la hija miope de un rico hacendado y escribiré la Historia General de las Migraciones en América Latina. Tendré hijos miopes y ricos, y amantes chinas y negras por todas partes de la isla.

16.7.10

162. Bestiario 02


          TRIPHONÉ: Trasgo de la subespecie silvana, bailarín irredento, mordaz en su lenguaje, procaz con las jóvenes vírgenes del valle y borracho permanente e inmanente, Triphoné presenta una morfología golosa y atrayente: su cuerpo es una especie de guirlache translúcido que deja ver sus albos huesos como almendras y avellanas inmersos en ámbar almibarado. Su cráneo emite un halo que fosforece con la luz de luna y su crespo pelo crepita como el maíz tostado. Sus dientes protruyentes y equinos no dejan de rumiar y rechinar en un estridente roce metálico, casi industrial. No tiene brazos, pero sí dos fuertes extremidades inferiores, con unos formidables pies de seis largos dedos prensiles. No tiene enemigos y es amigo de lo inanimado, sobre todo de las rocas de basalto, a las que venera y adora. Vive cómodo y trashumante en terreno selvático o muy boscoso, y tan sólo abandona el verdor de la fronda para lamer las piedras rugosas, que son su pasión confesa. Los Huilös, malvados seres ululantes del bosque, se desternillan de risa cuando ven a Triphoné con sus rocas lame que te lame, pero es que los Huilös ríen por cualquier cosa, ya se sabe. Triphoné siente a veces la soledad, o algo parecido, pero no sabe qué es eso, porque a casi nada le ha puesto nombre, y ya sabemos que lo que no tiene nombre no existe.

15.7.10

161. Impresiones de un vencejo


          Ayer me encontré con un imbécil. Amigo, buena persona, pero imbécil. Mientras tomábamos una taza de café, vertió una serie de opiniones sobre diversos temas: políticos, sociales, ciudadanos, incluso deportivos y taurinos. Mis alarmas fueron gradualmente disparándose al comprobar que su discurso, su enfoque al analizar ciertas cuestiones más o menos enjundiosas, su toma de posición frente a ciertos temas coincidía plenamente con mi discurso, con mi análisis, con mi enfoque y mi posición frente a esos mismos problemas. Era como si el imbécil repitiera todos y cada uno de mis pensamientos, de mis opiniones, de mis querencias, filias y fobias intelectuales. Una vez que se hubo marchado me quedé perplejo y asustado. Como en un espejo me había sentido reflejado, me había visto a mí mismo exponer mi pensamiento de una manera inequívoca y llana. Era el discurso que me definía, que me representaba ante los demás, pero la persona que lo había expuesto no era yo, sino un soberano imbécil. ¿Qué nefasta consecuencia debía sacar de este encuentro? Por más ecuaciones que diseñé para definir el suceso el resultado final siempre era que a = b, siendo a yo y b el imbécil. Así que desde ayer soy miembro numerario del selecto club de los imbéciles, para servir a Dios y a todos ustedes.

14.7.10

160. Toros en el Magreb


          Los órdenes arquitectónicos griegos, los arquitectos griegos ordenados, la arquitectura ordenada griega y las órdenes de arquitectos griegos son todo la misma cosa. La columna protodórica, el friso mesojónico y las metopas tardocorintias son la misma cosa. Los fustes de los elementos sustentantes, con su variable número de acanaladuras y su diferente profundidad, la mesura singular de los triglifos y la riqueza plástica de sus tímpanos son todo ello la misma cosa. En conjunto y en sus partes la Hélade, el concepto histórico del Peloponeso, las ciudades-estados de genealogía micénica y un ágora encendida de proteicos discursos son todo la misma cosa. Provenimos de "la cosa" y nos dirigimos a "otra cosa" muy alejada en el tiempo y en el espacio de la "cosa primigenia". La Biblia se diferencia de lo griego en que es "muchas cosas", no "la cosa". La Biblia es: prepucios desgarrados, batallas de hombres contra hombres-insecto, genealogía de algunos ríos, hombres locos, llanto eterno, cruces curiosas, cruces curiosos y mucha muerte. La Biblia nos separa del tiempo griego y de la tierra griega, con todo lo que ello supuso y supone.

          Todo lo que acabo de referir es cierto, aunque no soy cristiano viejo ni tomo jamás yogur, si acaso tomo alguna vez una mousaka bendecida en el almuerzo, pero sólo de vez en cuando.

9.7.10

159. La samba como excusa


          "Pervirtamos el sentimiento y demos alas al enojo. Se nos insta de continuo al abordaje de naves desconocidas y a la conquista de islas ignotas. El griterío nos embravece y nos estimula en el fragor del asalto. Las hormonas guerreras nos dejan sin aliento gran parte de nuestra capacidad de pensamiento racional. Ha de ser así, si hacemos caso de lo que nos dicen nuestros estrategas y adalides. No pensar es el arma más deletérea del guerrero, y los generales lo saben, y le incitan a dejar su mente en blanco, nieve dura y espesa sobre la que erigen el palacio del poder y la gloria efímera de la batalla. Pervirtamos, pues, el sentimiento, y dispersemos nuestro enojo sobre el yermo de la llanura que humea aún tras la quema de rastrojos, tras el exterminio de nuestras preguntas sin respuestas. El enojo será nuestra punta de lanza invertida, regresaremos de nuestras batidas, de nuestras cargas contra el débil enemigo, de nuestras montaraces razzias, y de nuevo en el punto de partida dominaremos el futuro cuestionándonos el pasado y gozando de un presente más limpio, bruñido y acrisolado...

          Palabra de Dios..."

6.7.10

158. ¡Por fin, ya tengo el iZot!


          Voy desinteresadamente a darles un dato que desconocen. Si miran en su biblioteca, observarán que la mayoría de los libros que, ordenada o desordenadamente, descansan en los anaqueles tiene 342 páginas. En mis observaciones por bibliotecas de medio mundo he llegado a esta conclusión numérica: de cada 100 libros, 74 tienen 342 páginas. Mi afición por los libros viene de mi afición por las bibliotecarias. Estas mujeres son muy especiales para mí. Suelen ser gordas sin excesos y muy blandas de carnes,  flaciditas, como si su tejido subcutáneo fuera de la consistencia del flan chino Mandarín®. En la cama son pasivas y risueñas, y a todas les salen hoyuelos en los sitios más insospechados cuando ríen. Suelen tener hermanos deficientes mentales y son muy aficionadas a los gatos. Bibliotecarias fueron mis dos primeras novias, también lo fueron mi primera y mi segunda mujer, y mi amante actual. Incluso mi única experiencia homosexual fue con el actual encargado de préstamos en la biblioteca de Coimbra, el gordito Melho.

2.7.10

157. Los horrores de la copla


          Jacinto Amaya Amorós nació en Moraleda de Zafayona, provincia de Granada. Nadie lo sabe, pero fue el primer traductor al caló del Finnegans Wake de James Joyce. No le reportó un ochavo ni le abrió las puertas de ninguna cátedra, pero sí le dio el espíritu necesario para poner un bar literario en Albolote y una casa de niñas en Atarfe. A los dos años de abierto, entró el primer cliente en el bar de Albolote, que no era otro que el chino Huan, premio Nobel de jardinería y asesor de la Santa Sede para asuntos de corsetería antigua. En realidad entró confundido, pensando que había llegado a la casa de lenocinio de Atarfe. Jacinto cerró el negocio literario, traspasó el lupanar de Atarfe y se fue con el chino Huan a Palamós, donde fundaron una iglesia zen de raíces cuáqueras: Los Hermanos de la Quinta Mazorca. La unión de los fundadores, Jacinto y Huan, con dos apoderados del Banco Bilbao-Vizcaya de Palamós, dio origen al consorcio ASTROLABIO de tan amplia implantación en toda la zona Mediterránea. Al poco tiempo, Huan murió y se hizo cargo del 25% del negocio su hermana Tránsito, casada con el pretor Spitero. De aquí a la invención del Calisay® tan sólo fue dar un pequeño paso.