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FUMPAMNUSSES!

¿Qué es Fumpamnusses!?... Fumpamnusses! es todo y es la primera vez. Siempre hay una primera vez. Escribo pues, por primera vez, en algo que tiene que ver con el exabrupto digestivo de un sapo ("Blog") sin saber siquiera lo qué es (me refiero al Blog, aunque en el fondo tampoco sé muy bien lo que es un sapo.) Mi declaración de intenciones espero que sí quede clara: me limitaré a realizar las veces que crea oportuno un ejercicio brusco, continuado y compulsivo de literatura automática, de exorcismo necesario y suficiente de los restos de energía negativa o positiva, qué sé yo, o de encauzamiento de ideas, frases o palabras que mi mente quiera en ese preciso momento que queden reflejadas en este nuevo e inefable invento. Invito, pues, a este ejercicio a todos los interesados en el arte de la improvisación mecánica, maquinal, indecorosa y pueril. No esperen grandes ideas, no espero grandes ideas, sólo el placer de ver concatenadas ciertas imágenes que surgen improvisadamente y en plena libertad, quizás en extrema libertad, esperanzado en que no me suceda algo tan lamentable como aquello que le ocurrió a aquel pequeño electrodoméstico que, de tan libre y tan enamorado como estaba de Sir Douglas H. Silverstone, declaró la independencia de todas las anguilas del mundo y de ciertos huevos de Pascua de los alrededores de Castel Gandolfo.



18.6.10

152. Bestiario 01


          ZOLIC: Es el estercolero de los Nhutos, pueblo de raigambre selvática y señores de los pantanos. Su aspecto es el de un asno antropomórfico con duras escamas y ojos protuberantes. La ferocidad que lo caracteriza es emblemática pero falsa. Por tanto su victimario es inexistente, lo que no le impide hacerse fuerte en su fama literaria y acordarse con otros homúnculos ciertamente crueles y lesivos, como los Triscos y los Siringos. Su maldad, como veremos es impuesta por las circunstancias, no por imperativo categórico. Recoge el estiércol de las aldeas próximas a los pantanos y zonas lacustres limítrofes y lo deposita bajo los fresnos sagrados del bosque, donde los Nhutos lo devoran al amanecer. Se aloja en el hueco de árboles calcinados y su salmodia flemosa y gorjeante acompaña su sueño inquieto. Cohabita rara vez con ejemplares de su especie, haciéndolo a menudo con aves carroñeras a las que primero decapita y después de la coyunda ingiere. Se cubre en invierno con las plumas de dichas aves y en verano se sumerge en el cieno bituminoso que lo protege del magma de insectos que le rodea. Los Nhutos pagan sus servicios ofreciéndole una doncella en la estación de las anémonas. Zolic se empluma para la ocasión. La doncella fallece antes de llegar a la morada de Zolic, lo que excita sobradamente al estercolero y le hace cometer actos de tal sevicia y venalidad que su descripción rebasa el carácter moral y didáctico de esta obra.