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FUMPAMNUSSES!

¿Qué es Fumpamnusses!?... Fumpamnusses! es todo y es la primera vez. Siempre hay una primera vez. Escribo pues, por primera vez, en algo que tiene que ver con el exabrupto digestivo de un sapo ("Blog") sin saber siquiera lo qué es (me refiero al Blog, aunque en el fondo tampoco sé muy bien lo que es un sapo.) Mi declaración de intenciones espero que sí quede clara: me limitaré a realizar las veces que crea oportuno un ejercicio brusco, continuado y compulsivo de literatura automática, de exorcismo necesario y suficiente de los restos de energía negativa o positiva, qué sé yo, o de encauzamiento de ideas, frases o palabras que mi mente quiera en ese preciso momento que queden reflejadas en este nuevo e inefable invento. Invito, pues, a este ejercicio a todos los interesados en el arte de la improvisación mecánica, maquinal, indecorosa y pueril. No esperen grandes ideas, no espero grandes ideas, sólo el placer de ver concatenadas ciertas imágenes que surgen improvisadamente y en plena libertad, quizás en extrema libertad, esperanzado en que no me suceda algo tan lamentable como aquello que le ocurrió a aquel pequeño electrodoméstico que, de tan libre y tan enamorado como estaba de Sir Douglas H. Silverstone, declaró la independencia de todas las anguilas del mundo y de ciertos huevos de Pascua de los alrededores de Castel Gandolfo.



15.6.10

150. All tomorrow's parties


          Jamás me pude enterar por qué me llamo Macedonio. Preguntados mis padres por tal ocurrencia no supieron darme una respuesta. Ellos tampoco recordaban qué circunstancias especiales (porque tuvieron que ser especiales o mínimamente singulares) condujeron a mi inscripción en el Registro Civil con ese nombre. Ningún Macedonio constaba en ninguna de las ramas ya fueran cercanas o remotas de mi árbol genealógico. Mi nacimiento no coincidía con la festividad de san Macedonio Magnus (31 de abril). No teníamos antepasados helenos, y las tendencias religiosas familiares distaban mucho de las profesadas por el patriarca de Constantinopla Makedonios (342-370), practicante de un arrianismo radical y fundador de la secta de los neumatómacos. Tampoco nos gustan a los miembros de mi familia la mezcolanza de trocitos de fruta almibarada. Tan sólo conozco a un Macedonio, de apellido Fernández, escritor uruguayo o argentino, no recuerdo en este momento. Detesto mi nombre. Me gustaría haberme llamado César o Gaetano o Blasillo o Lisípides o Francesc o Malcom o Curzio o Arístides, pero nunca Macedonio, nunca.