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FUMPAMNUSSES!

¿Qué es Fumpamnusses!?... Fumpamnusses! es todo y es la primera vez. Siempre hay una primera vez. Escribo pues, por primera vez, en algo que tiene que ver con el exabrupto digestivo de un sapo ("Blog") sin saber siquiera lo qué es (me refiero al Blog, aunque en el fondo tampoco sé muy bien lo que es un sapo.) Mi declaración de intenciones espero que sí quede clara: me limitaré a realizar las veces que crea oportuno un ejercicio brusco, continuado y compulsivo de literatura automática, de exorcismo necesario y suficiente de los restos de energía negativa o positiva, qué sé yo, o de encauzamiento de ideas, frases o palabras que mi mente quiera en ese preciso momento que queden reflejadas en este nuevo e inefable invento. Invito, pues, a este ejercicio a todos los interesados en el arte de la improvisación mecánica, maquinal, indecorosa y pueril. No esperen grandes ideas, no espero grandes ideas, sólo el placer de ver concatenadas ciertas imágenes que surgen improvisadamente y en plena libertad, quizás en extrema libertad, esperanzado en que no me suceda algo tan lamentable como aquello que le ocurrió a aquel pequeño electrodoméstico que, de tan libre y tan enamorado como estaba de Sir Douglas H. Silverstone, declaró la independencia de todas las anguilas del mundo y de ciertos huevos de Pascua de los alrededores de Castel Gandolfo.



4.1.14

302. Vutabelas de huerta a la Ginkgo Biloba




Ingredientes:

Un ajo landio.
Una breva.
2 decilitros de Ponche Soto Caballero®.
2 lampreas terciaditas (3kg cada una, aprox.)
Un chorreoncito de sirope de reno.
El caldo de haber cocido algo azul, un litro aprox.
Una cabeza de vaca sin limpiar
Una pizca de pan rallado salvaje.
Hierbas de ciudades lejanas sin medida.
Un par de medias de Lana Turner.
Algo de unto de yak.
1 decilitro de jarabe soso.
Un ramo de flores de luna.
Música afrocubana (para la salsa, claro está).
Unas gotas de filtro nº11 para enamorar prostitutas gallegas.
1 Kg de patata nueva (o 2, ya veremos).
Sal, Gorda, y regresa con sal fina.
Pimienta serrana, que yo te quiero.

Tiempo de preparación:

          Es muy difícil saberlo, depende de tal cantidad de factores externos a la condición de chef, que sería una falta de profesionalidad por mi parte inducirlos a error. Pongamos que para seis comensales el tiempo podría estimarse, sabiendo que nos equivocamos con total seguridad, entre aproximadamente once horas y once meses.

Dificultad:

          Fácil, cualquier niño, incluso los pobrecitos niños nemonitas de nivel IVc, según la escala de Tadeschi, podría realizar esta receta con la minga.

Precio:

          Por supuesto, según mercado, pero no nos alejaríamos mucho de los once euros por persona y día, aunque podríamos hacer trueque, simonía, latrocinio o permutas dolosas con los infames tenderos de los abastos municipales.

Información nutricional

          No sabría qué decirles, yo pienso que es un plato sanote, como plato único. Ahora sí, si luego se hartan ustedes de criadillas de moro o de potaje de falotillos, no digo yo que no sobrepasen luego el nivel de carbohidratos, lípidos, etcétera, pero eso ya es cosa suya, yo poco o nada he de ver en eso, hasta ahí podía llegar la broma, ¡mecagonlá!

Modo de preparación

          La pimienta serrana y el ajo landio se sofríen mirando fijamente la sartén y pestañeando poco, lo mínimamente necesario para que no se nos chamusquen las córneas. Embadurnaremos la breva con la sal fina que trajo la Gorda y la dejaremos hasta que llegue el momento de emplatar. Las lampreas (sin limpiar, esto es importante) se embuten con la papa nueva hasta que no podamos embutir más (por eso dijimos 1 o 2 Kg de papa, porque dependía en extremo del tamaño de la lamprea) para posteriormente añadirlas al sofrito de pimienta y ajo landio. Mezclamos el filtro de amor y el Ponche Soto Caballero® con una madera gorda de barco y se lo echamos a las lampreas. Para la salsa meteremos en la túrmix el sirope de reno, el caldivache de haber cocido cualquier cosa azul y la cabeza de vaca (sin limpiar, también algo importante). Me dirán algunos tiquismiquis que no les cabe la cabeza de vaca en la batidora, pues a mí sí, y si me cabe a mí le puede caber a cualquiera. Es cuestión de comprar una túrmix más grande. Mientras suena el ruido del pequeño electrodoméstico ponemos a toda hostia el cd de música afrocubana y bailamos con ardoroso frenesí sin salir de la cocina. Ahora sí ya es hora de tomarse un vermut (se lo puede usted tomar mientras baila). Aumente la potencia al fogón de las lampreas hasta que le duela la mano (a usted, las lampreas carecen de extremidades superiores, son muy focomélicas, mucho más que las focas). Ahora metemos todas las hierbas urbanas que tenemos coleccionadas de nuestros viajes por lejanas ciudades en las medias de Lana Turner (este último ingrediente se puede localizar con facilidad en la siguiente página web: www.mediasdelana.com) y untamos con cuidadito el resultado de nuestro relleno herbáceo con el unto de yak y lo empanamos mal con el pan ralladito (ya saben que sólo tenemos una pizca). Es hora de sacar las lampreas.

Emplatado

          Por un lado tenemos las dos lampreas, por otro, las dos medias de Mrs. Turner con las hierbas empanadas, la salsa de cabeza de vaca por otro lado y por último la breva saladita. Pues bien, con la hachuela destrozamos la lamprea hasta que queden unos cien daditos de pescado que amontonaremos en una gran fuente de loza fina. Posteriormente rodearemos la montaña lampreica con delgadas tajadas del embutido vegetal en que quedaron convertidas las medias de Lana. Con la salsa de cabeza vacuna bañamos las rodajas empanadas. Por último colocamos la breva salada en la cima de la montaña del troceado de lamprea y con mucho cuidado le volcamos encima un chrorreón del jarabe soso que nos faltaba y que intentaremos que rezume desde la breva a la lamprea sofrita y troceada. Por último, adornaremos con flores de luna los bordes de la fuente y ya estaremos en disposición de llevar a la mesa este sencillo plato que sabe mezclar con finura y elegancia la tradición de nuestra antigua cocina con las más sugerentes innovaciones de la modernidad. Que les aproveche.