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FUMPAMNUSSES!

¿Qué es Fumpamnusses!?... Fumpamnusses! es todo y es la primera vez. Siempre hay una primera vez. Escribo pues, por primera vez, en algo que tiene que ver con el exabrupto digestivo de un sapo ("Blog") sin saber siquiera lo qué es (me refiero al Blog, aunque en el fondo tampoco sé muy bien lo que es un sapo.) Mi declaración de intenciones espero que sí quede clara: me limitaré a realizar las veces que crea oportuno un ejercicio brusco, continuado y compulsivo de literatura automática, de exorcismo necesario y suficiente de los restos de energía negativa o positiva, qué sé yo, o de encauzamiento de ideas, frases o palabras que mi mente quiera en ese preciso momento que queden reflejadas en este nuevo e inefable invento. Invito, pues, a este ejercicio a todos los interesados en el arte de la improvisación mecánica, maquinal, indecorosa y pueril. No esperen grandes ideas, no espero grandes ideas, sólo el placer de ver concatenadas ciertas imágenes que surgen improvisadamente y en plena libertad, quizás en extrema libertad, esperanzado en que no me suceda algo tan lamentable como aquello que le ocurrió a aquel pequeño electrodoméstico que, de tan libre y tan enamorado como estaba de Sir Douglas H. Silverstone, declaró la independencia de todas las anguilas del mundo y de ciertos huevos de Pascua de los alrededores de Castel Gandolfo.



17.11.10

182. Un día en la vida de Hugo Haas


          Traidores hay tantos como tontos, más o menos. Cada pueblo tiene su tonto y su traidor. Si hay dos tontos no por ello va a haber dos traidores en esa localidad. Pero si hay dos traidores, uno de ellos no será traidor, sino otro tonto disfrazado de traidor. Lo difícil será advertir cuál de ellos es el tonto y cuál el traidor, pues el tonto real, el tonto legítimo, puede ser confundido con el traidor tonto, al que también puede confundirse con el traidor real y legítimo, ya que el tonto que no lo es, está disfrazado de traidor. En las ciudades populosas, como Caracas o Sydney, los tontos y traidores se distribuyen por distritos y se amalgaman en cofradías, como los pescadores de A Coruña. En Caracas, por seguir con el ejemplo, hay censados a día de hoy 9555 tontos, igual número de traidores, y 6789 gallegos, de los cuales cuatro son tontos y traidores y nacidos en A Coruña. Esta anomalía genética, geográfica y ética es propia de la raza celta, muy dada a los matrimonios consanguíneos y a la ingesta inmoderada de lamprea y berros. La traición y la idiocia son características inherentes al contacto con mariscos y gaitas a la vez, no por separado. El contacto con marisco per se no provoca ni tendencia a la traición ni babas cantarinas; igual podemos decir del contacto con la gaita. Pero el roce o la cercanía de, por ejemplo, gaita y centolla, mina la moral del individuo, haciéndole taimado, a la vez que la estulticia se abre paso a través de sus meninges convirtiéndole en un idiota de pito y gamba.