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FUMPAMNUSSES!

¿Qué es Fumpamnusses!?... Fumpamnusses! es todo y es la primera vez. Siempre hay una primera vez. Escribo pues, por primera vez, en algo que tiene que ver con el exabrupto digestivo de un sapo ("Blog") sin saber siquiera lo qué es (me refiero al Blog, aunque en el fondo tampoco sé muy bien lo que es un sapo.) Mi declaración de intenciones espero que sí quede clara: me limitaré a realizar las veces que crea oportuno un ejercicio brusco, continuado y compulsivo de literatura automática, de exorcismo necesario y suficiente de los restos de energía negativa o positiva, qué sé yo, o de encauzamiento de ideas, frases o palabras que mi mente quiera en ese preciso momento que queden reflejadas en este nuevo e inefable invento. Invito, pues, a este ejercicio a todos los interesados en el arte de la improvisación mecánica, maquinal, indecorosa y pueril. No esperen grandes ideas, no espero grandes ideas, sólo el placer de ver concatenadas ciertas imágenes que surgen improvisadamente y en plena libertad, quizás en extrema libertad, esperanzado en que no me suceda algo tan lamentable como aquello que le ocurrió a aquel pequeño electrodoméstico que, de tan libre y tan enamorado como estaba de Sir Douglas H. Silverstone, declaró la independencia de todas las anguilas del mundo y de ciertos huevos de Pascua de los alrededores de Castel Gandolfo.



9.3.10

120. Los niños extraterrestres


          "He leído, no sé dónde, las siguientes dos palabras: 'oralidad memoriosa'. Así que, para mañana, me traen una redacción de ciento cuarenta y ocho palabras (148) en las que queden reflejadas sus ideas acerca de estas dos (2) palabras. Recojan y buenas tardes". El Padre Miguélez salió el primero (1º) del aula uno (1) y detrás, en fila de dos (2), todos los alumnos del tercer (3º) grupo de cuarto (4º) de bachillerato. Ya en casa, y después de merendar un (1) bollo de leche con una (1) chocolatina Nestlé, me puse rápidamente a escribir la redacción. Me salió así: "En la península de Jutlandia vivía Mosén Matías y su madre, la prostituta Berenguela, sucia meretriz donde las haya. Tenían en casa un loro y un lacayo llamado Fernandito. Siempre llovía en el bosque adyacente, pero ellos vivían adyacentes al bosque donde tanto llovía, luego sólo conocían la lluvia de lejos y de oídas. El loro, se me olvidaba, no tenía nombre, por eso no lo referí con anterioridad. Fernandito, aunque todos ustedes lo piensen no se comió al loro, porque Fernandito pertenecía a la secta de los Ungarinos Primordiales, que ni comen loros ni acceden a locales climatizados. En busca del Necromicón, libro de sustos editado por fascículos en el Medievo, Mosén Matías encontró y se enamoró del hada Nicocéfala, llamada así por la forma de retorta que mostraba su trenzada cabeza. Ya Mosén no volvió a Jutlandia, y se hizo estanquero en El Tardón. Todavía vive".