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FUMPAMNUSSES!

¿Qué es Fumpamnusses!?... Fumpamnusses! es todo y es la primera vez. Siempre hay una primera vez. Escribo pues, por primera vez, en algo que tiene que ver con el exabrupto digestivo de un sapo ("Blog") sin saber siquiera lo qué es (me refiero al Blog, aunque en el fondo tampoco sé muy bien lo que es un sapo.) Mi declaración de intenciones espero que sí quede clara: me limitaré a realizar las veces que crea oportuno un ejercicio brusco, continuado y compulsivo de literatura automática, de exorcismo necesario y suficiente de los restos de energía negativa o positiva, qué sé yo, o de encauzamiento de ideas, frases o palabras que mi mente quiera en ese preciso momento que queden reflejadas en este nuevo e inefable invento. Invito, pues, a este ejercicio a todos los interesados en el arte de la improvisación mecánica, maquinal, indecorosa y pueril. No esperen grandes ideas, no espero grandes ideas, sólo el placer de ver concatenadas ciertas imágenes que surgen improvisadamente y en plena libertad, quizás en extrema libertad, esperanzado en que no me suceda algo tan lamentable como aquello que le ocurrió a aquel pequeño electrodoméstico que, de tan libre y tan enamorado como estaba de Sir Douglas H. Silverstone, declaró la independencia de todas las anguilas del mundo y de ciertos huevos de Pascua de los alrededores de Castel Gandolfo.



9.10.09

71. Panteones de España


          No sé si en alguna ocasión he hablado de la flor de arsénico o del agua mercurial, si así ha ocurrido les pido disculpas. Soy químico y farmacéutico por la Universidad de Salerno, el mismo centro de enseñanza donde se doctoró la primera ginecóloga de la historia, Trótula de Salerno, en el año 1050 aproximadamente. Y del alumbre nitroso o de la sal de Júpiter, ¿he hablado? Si así fuere les pido nuevamente disculpas. Soy médico y botánico por la Universidad de Palermo, centro de enseñanza donde cursó sus estudios de humanidades en el año 1392 el primer extraterrestre del que se tiene constancia verdadera, de nombre muy difícil. De lo que sí estoy seguro de haberles a ustedes hablado, selecto ramillete de mentes piadosas y eruditas, es de la serie de aspavientos enfermizos que desplegaba mi tío favorito, el tito Testes, cuando era presa de sus ataque de clorosis. Mi tito Testes era oriundo de Cangas de Onís, aunque toda su vida vivió en el norte del Camerún con mi tita Garuña, oriunda del norte del Camerún y donde vivió todo el tiempo mientras estuvo viva. Al morir (mi tita Garuña) marchó (sí, mi tita, la muerta) a Cangas con sus primos (mi tita era del Camerún, pero tenía primos asturianos, ¿qué pasa?), también muertos, pero no les fueron bien los negocios (a mi tita y a sus primos), y ella (mi tita) volvió de nuevo a los tablaos, de donde nunca tuvo que haber salido.

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