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FUMPAMNUSSES!

¿Qué es Fumpamnusses!?... Fumpamnusses! es todo y es la primera vez. Siempre hay una primera vez. Escribo pues, por primera vez, en algo que tiene que ver con el exabrupto digestivo de un sapo ("Blog") sin saber siquiera lo qué es (me refiero al Blog, aunque en el fondo tampoco sé muy bien lo que es un sapo.) Mi declaración de intenciones espero que sí quede clara: me limitaré a realizar las veces que crea oportuno un ejercicio brusco, continuado y compulsivo de literatura automática, de exorcismo necesario y suficiente de los restos de energía negativa o positiva, qué sé yo, o de encauzamiento de ideas, frases o palabras que mi mente quiera en ese preciso momento que queden reflejadas en este nuevo e inefable invento. Invito, pues, a este ejercicio a todos los interesados en el arte de la improvisación mecánica, maquinal, indecorosa y pueril. No esperen grandes ideas, no espero grandes ideas, sólo el placer de ver concatenadas ciertas imágenes que surgen improvisadamente y en plena libertad, quizás en extrema libertad, esperanzado en que no me suceda algo tan lamentable como aquello que le ocurrió a aquel pequeño electrodoméstico que, de tan libre y tan enamorado como estaba de Sir Douglas H. Silverstone, declaró la independencia de todas las anguilas del mundo y de ciertos huevos de Pascua de los alrededores de Castel Gandolfo.



21.4.13

291. La desgracia de ser un intelectual, o no


          En mi bloque de apartamentos somos doce vecinos o unidades familiares. Dicho edificio está formado por seis planta, dos apartamentos por planta. A decir verdad todos somos muy raros. Mucho.

          En el 6º derecha vive Sebastian Pinchel, húngaro, tercer oboe de la Filarmónica, soltero, vive con un koala de nombre Brandon.

          En el 6º izquierda nos encontramos con la familia Hackford, de Liverpool, matrimonio y tres niños (los trillizos Hackford), famosos en su momento por haber nacido con la facultad del habla totalmente evolucionada. Además son inmensos, muy gordos.

          En el 5º derecha viven Mr. y Mrs. Jones, productores y protagonistas principales de una serie pornográfica de DVD's caseros basada en la saga carolingia con incursiones puntuales en la metafísica kantiana.

          Los ocupantes del 5º izquierda son dos jóvenes góticos homosexuales, Timothy y Andrew, que en alguna ocasión se han arrojado juntos desde el balcón, salvando la vida milagrosamente, aunque Andrew, desde el último impacto contra el acerado, deja entrever en su personalidad y en su forma de vestir unos rasgos ya no tan góticos sino ciertamente barrocos.

          En el 4º derecha viven hacinados once afganos turbulentos, con aspectos de genocidas, que se pasan el día golpeándose, insultándose y guisando unos hediondos potajes que dan el aroma general característico a todo el bloque y al que ya nos hemos acostumbrado todos.

          Llegando al 4º izquierda nos encontramos con una puerta acorazada de acero templado flanqueada por dos afroamericanos de dos metros cada uno y armados con sendas kalashnikovs. Suponemos que tras la cámara vive o se esconde un insigne traficante de armas que nadie ha visto y que suponemos que se trata de Idros Salanakis, pero sólo lo suponemos.

          El gaitero andaluz, Sandro Antúnez ocupa con su hermano mayor, el gaitero andaluz, Menandro Antúnez el apartamento 3º derecha. Ambos forman el conocido trío de gaiteros andaluces Hermanos Antúnez, de escasa predicación, pero de notabilísimo entusiasmo y encomiable denuedo en la consecución de la excelencia en el bello arte de soplar gaitas. No se llevan bien con el Sr. Pinchel, el oboísta del 6º derecha.

          En el 3º izquierda a veces se deja ver el conocido periodista y no menos conocido gigolo, Servando Lotti. Su loción para después del afeitado contrapone, dada su fortaleza aromática, el hedor de los potajes afganos. No obstante, dada la afición de Lotti al affair amoroso con provectas damas y a las fiestas con la flor social de la senescencia, habrá que reconvenirle, porque es muy reprobable el  acúmulo de prótesis y pañales de incontinencia que sobrenadan, tras sus jolgorios, en la ya, por otra parte, mugrienta escalera de la vecindad.

          El 2º derecha es la sede del Sindicato de Liberados Sindicales (SLS), cuyo comité ejecutivo no se reúne nunca porque todos sus miembros están liberados, al igual que todos sus afiliados y simpatizantes, por lo que jamás se oye un solo ruido, pero en contrapartida hay que decir que no pagan nunca los recibos de la comunidad.

          En el 2º izquierda vive mi ex-mujer con su marido actual, el atleta paralímpico Josh Montanelli. Su carencia de miembros (todos) no le impidió ser medalla de plata en la modalidad de lanzamiento de martillo (él hacía de martillo). Mi ex-mujer, no creo haberlo dicho, es ensambladora de nenúfares origámicos.

          La familia del 1º derecha es la familia Ortiz- Mendebieta, papá, mamá y las dos niñas, de 22 y 20 años estas últimas, algo ligerillas de cascos, estás úlimas, unas vasquitas calentorras por no decir unas putonas irredentas, estas últimas. Quitando a Montanelli (por desmembrado), a los del sindicato (por inexistentes), a Lotti (por gerontófilo) y a Timothy y Andrew (por maricones), se han tirado estas últimas a todos los vecinos asequibles de la comunidad, es decir, a Mr. Pichel (el del oboe) y a Brandon (su koala); a los trillizos Hackford (los gordos parlanchines) y al padre de los niños; a los once afganos potajeros; a Salanakis (el traficante) y a sus cuatro metros de guardaespaldas; a los dos o tres gaiteros andaluces (los Antúnez); al matrimonio pornógrafo (los Jones, a él y a ella, sesión filmada y editada en un número especial de la famosa serie de DVD's); y a mí, por supuesto, dejándome como recuerdo las muy asquerosas unas purgaciones de muy difícil tratamiento.

          Y aquí estoy yo, vegetando en el 1º izquierda, mi nombre es Marcial y soy astronauta de rivera y violinista en comedores de Cáritas. Aunque parezca inglés, soy galés y no muy buena persona, de hecho soy muy mala persona. Voy a alquilar los dos bajos comerciales del edificio, y voy a instalar en uno de ellos una sinagoga para judíos sordos y en el otro una mezquita para musulmanes ciegos. Lo que me voy a reír. 

          (Dedicado a Geoges Perec)