(Dedicado al mayor de los hermanos Grimm, de nombre Jacob, el que siempre iba con gorrito).
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FUMPAMNUSSES!
¿Qué es Fumpamnusses!?... Fumpamnusses! es todo y es la primera vez. Siempre hay una primera vez. Escribo pues, por primera vez, en algo que tiene que ver con el exabrupto digestivo de un sapo ("Blog") sin saber siquiera lo qué es (me refiero al Blog, aunque en el fondo tampoco sé muy bien lo que es un sapo.) Mi declaración de intenciones espero que sí quede clara: me limitaré a realizar las veces que crea oportuno un ejercicio brusco, continuado y compulsivo de literatura automática, de exorcismo necesario y suficiente de los restos de energía negativa o positiva, qué sé yo, o de encauzamiento de ideas, frases o palabras que mi mente quiera en ese preciso momento que queden reflejadas en este nuevo e inefable invento. Invito, pues, a este ejercicio a todos los interesados en el arte de la improvisación mecánica, maquinal, indecorosa y pueril. No esperen grandes ideas, no espero grandes ideas, sólo el placer de ver concatenadas ciertas imágenes que surgen improvisadamente y en plena libertad, quizás en extrema libertad, esperanzado en que no me suceda algo tan lamentable como aquello que le ocurrió a aquel pequeño electrodoméstico que, de tan libre y tan enamorado como estaba de Sir Douglas H. Silverstone, declaró la independencia de todas las anguilas del mundo y de ciertos huevos de Pascua de los alrededores de Castel Gandolfo.
¿Qué es Fumpamnusses!?... Fumpamnusses! es todo y es la primera vez. Siempre hay una primera vez. Escribo pues, por primera vez, en algo que tiene que ver con el exabrupto digestivo de un sapo ("Blog") sin saber siquiera lo qué es (me refiero al Blog, aunque en el fondo tampoco sé muy bien lo que es un sapo.) Mi declaración de intenciones espero que sí quede clara: me limitaré a realizar las veces que crea oportuno un ejercicio brusco, continuado y compulsivo de literatura automática, de exorcismo necesario y suficiente de los restos de energía negativa o positiva, qué sé yo, o de encauzamiento de ideas, frases o palabras que mi mente quiera en ese preciso momento que queden reflejadas en este nuevo e inefable invento. Invito, pues, a este ejercicio a todos los interesados en el arte de la improvisación mecánica, maquinal, indecorosa y pueril. No esperen grandes ideas, no espero grandes ideas, sólo el placer de ver concatenadas ciertas imágenes que surgen improvisadamente y en plena libertad, quizás en extrema libertad, esperanzado en que no me suceda algo tan lamentable como aquello que le ocurrió a aquel pequeño electrodoméstico que, de tan libre y tan enamorado como estaba de Sir Douglas H. Silverstone, declaró la independencia de todas las anguilas del mundo y de ciertos huevos de Pascua de los alrededores de Castel Gandolfo.
30.6.11
205. Metáforas blanditas
29.6.11
204. El noble intruso
Y nombraron a tres hombres buenos para llevar a término el encargo del Alto Tribunal. El primero de ellos se llamaba Caracuel y reía como ríen los animales nocturnos cuando otean cualquier cosa menos el horizonte; el segundo se llamaba Icaza y lloraba como las mujeres de Buda cuando se quemaban los antebrazos con las ollas de té; el tercero se llamaba Antúnez y bebía aguardiente como los cazadores de erratas de las editoriales vaticanas. Los tres dispusieron de un día para sus deliberaciones. Sólo les ocupó un cuarto de hora llegar a un acuerdo. Rellenaron los documentos, los lacraron y estamparon el sello de la procuraduría. Caracuel dedicó el resto del día a reír, Icaza a llorar y Antúnez a beber aguardiente. Al final de la larga jornada les pagaron y cada uno marchó a su casa. El cadalso se levantó en pocas horas. La ejecución se llevaría a cabo al amanecer. Caracuel, Icaza y Antúnez asistirían a ella en calidad de agentes judiciales vicarios. Caracuel se vistió de teniente de húsares para la ocasión; Icaza vistióse con el uniforme de gala de los Carabineros; y Antúnez fue con su atuendo de Capellán Castrense. Tras la ejecución sumarial marcharon, como era costumbre, a casa de Lola Jaramillo a desentumecer sus conciencias y a que las pupilas de Lola sosegaran sus confusos sentimientos de culpa con besos y caricias mercenarios, pero que producían efectos similares a los verdaderamente amorosos.
23.6.11
203. La mitra de hule
17.6.11
202. Yo soy menonita
Me fijo en el frunce de tu entrecejo y en la bóveda dorada de tu frente, asimilo poco a poco los surcos por donde sudas y lloras, me recuerdo en tus orejas pequeñas rodeadas de frondosa placidez, tu nariz quebrada e insolente, tus ojos decidores y ahora brillosos, que sufrieron y que muy pronto reirán, tu boca enmarcada que nunca cesa, me sumo en tu cuello, en el que quepo y sueño, tus pechos que duermen primaveras y recuerdan rotundas victorias; me observa severa la discreción de tu sexo, oscuro y sabio, sabedor de pocas e importantes cosas; tu espalda sinuosa, agreste, de simetría deslazada, esa espalda que aturde valentías y caricias; y tus nalgas sellan mis manos a su piel de tacto enajenado; si tus brazos de ternura poderosa me someten como a un niño, tus piernas dulces y peligrosas me doblegan como a un hombre, este hombre que besa tus pies de porcelana antigua, este hombre cegado por la luz de tus manos musicales, de tus manos hacedoras de milagros.
16.6.11
201. Emi, Goti y Cañamón
Santo Domingo Savio, santito italiano nacido muerto a los 14 años, fue, es y será ejemplo de precocidad napolitana e intelectiva. Nacido muerto en Porto Allegrini, cerca de Rimini, cursó estudios de kindergarten en Polentza di Mare y acometió los grados parvularios en la Scola Annormale del Pater Piocopolo, en Mennara. Desde la fecha de su nacimiento, el occiso Dominguito olía mal, pero hacía milagros, muchos de los cuales fueron incomprendidos en su época. Llenaba de pobres las puertas de los conventos de la Lombardía; creó de la nada miles y miles de menesterosos que iba depositando en los claustros y abadías mencionados. Curaba la afonía de las canzonetistas más promiscuas y salaces, disolvía sinagogas a mucha distancia, promovía disidencias en palacio, amaestraba zarigüeyas y tapires, trocaba el haz en envés y hacía que los leprosos bailaran motetes y gigas. El día de su segunda muerte, acaecida un lunes de otoño en San Pietro della Bregna Preta, todo Nápoles se puso en fiesta y el Etna exhaló una nube casi mágica de un color entre cobalto y cromo, que adquirió en el firmamento la forma de una góndola llena de cuervos y damajuanas. Dios lo acogió en su seno a las 14.25 y ya estaba en el cielo a las 16.31. Fue beatificado y santificado por el Papa Sancho Nono en el año mil y pico.
4.6.11
200. Mi tío Samuel
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