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FUMPAMNUSSES!

¿Qué es Fumpamnusses!?... Fumpamnusses! es todo y es la primera vez. Siempre hay una primera vez. Escribo pues, por primera vez, en algo que tiene que ver con el exabrupto digestivo de un sapo ("Blog") sin saber siquiera lo qué es (me refiero al Blog, aunque en el fondo tampoco sé muy bien lo que es un sapo.) Mi declaración de intenciones espero que sí quede clara: me limitaré a realizar las veces que crea oportuno un ejercicio brusco, continuado y compulsivo de literatura automática, de exorcismo necesario y suficiente de los restos de energía negativa o positiva, qué sé yo, o de encauzamiento de ideas, frases o palabras que mi mente quiera en ese preciso momento que queden reflejadas en este nuevo e inefable invento. Invito, pues, a este ejercicio a todos los interesados en el arte de la improvisación mecánica, maquinal, indecorosa y pueril. No esperen grandes ideas, no espero grandes ideas, sólo el placer de ver concatenadas ciertas imágenes que surgen improvisadamente y en plena libertad, quizás en extrema libertad, esperanzado en que no me suceda algo tan lamentable como aquello que le ocurrió a aquel pequeño electrodoméstico que, de tan libre y tan enamorado como estaba de Sir Douglas H. Silverstone, declaró la independencia de todas las anguilas del mundo y de ciertos huevos de Pascua de los alrededores de Castel Gandolfo.



24.8.10

170. El mejor amigo de don Juan Carlos


          Primera parte del silogismo: el universo es algo asqueroso. Es lo más asqueroso que existe, ya que si es verdad lo que acabo de decir, si es verdad este aserto (es decir, la primera parte del silogismo, si es que consigo formular la segunda parte del mismo, ya que si no lo consigo no sería un silogismo, sería otra cosa, como, por ejemplo, una tautología imprecisa o un sofisma carencial), si es verdad, decía (que se me va el santo al cielo), que el universo es asqueroso, ello implicaría que sería "lo más asqueroso", porque, aunque cualitativamente hubiera algo más asqueroso, que seguro que lo hay (por ejemplo un agujero negro deshilachado o la nata fermentada en las comisuras de un buey de Kobe), el universo, al ser tan inimaginablemente grande, tan acumulativo en sus dimensiones, ganaría cuantitativamente la partida.
          Segunda parte del silogismo: la hulla galesa posee un poder calorífico muy superior a la hulla de la cuenca del Nervión. Aquí, en esta premisa, no tengo nada que añadir; las cosas son como son; para demagogias ya nos basta y nos sobra con Mosén Agustí.

          La conclusión: la conclusión (se ve desde lejos) no será lógica sino paragógica, y la dejo en sus manos. Les daré una pista: hubo en Versalles un jardinero de nombre Maurice, que fumaba una mezcla de tabaco antillano y polvo de dinamita. Su cabeza rodó, como tantas otras, en la plaza de la Concordia. Si Jacques Derrida hubiera deambulado por las calles de París en los tiempos de la Comuna, no se hubiera derramado tanta sangre, o tal vez sí, pero de otra manera.