¡Atención, atención! Ha llegado a esta localidad el tapicero. Forramos en cualquier tipo de tela todos los muebles susceptibles de ser tapizados, es más, tapizamos aquellos muebles no susceptibles de ello. Tapizamos igualmente objetos ajenos al concepto de mueble en sí mismo, es decir, tapizamos cualquier tipo de objeto, ya sea suntuario o despreciable. También encolamos y restauramos todo tipo de conceptos, ideales, entelequias, sistemas de pensamiento, algoritmos lógicos, corpus filosóficos o dualismos metafísicos.
¡Atención, atención! Ha llegado a esta localidad el tapicero. Tapizamos con materiales de primerísima calidad (la mayor parte de las veces) todo tipo de pasados y presentes, árboles genealógicos, fes de bautismo, certificados de buena conducta, archivos de limpieza de sangre, manuscritos comprometedores y todo aquello que su imaginación considere que suponga un beneficio para su propia felicidad o la de su familia, si fuera debidamente tapizado.
Sin compromiso alguno baje y vea nuestras ofertas, déjese informar y comprobará con sorpresa que un tapizado no es tan caro como usted pensaba. Por seis millones seiscientos mil quinientos cincuenta euros le tapizamos el mueble bar completamente, y por tres millones de euros más le tapizamos el útero a la bailaora flamenca que usted elija. Apúrese, porque esta oferta sólo estará vigente hasta el próximo martes.
Le informamos que sigue en pleno vigor la oferta del mes: le tapizamos dos prótasis, tres epístasis y cuatro catástrofes al precio de tres catástrofes, dos epítasis y cuatro prótasis. No lo piense, es una oportunidad que nunca más se le va a ofrecer. Los más exigentes exégetas del tapizado, ya sea coránico, bíblico o talmúdico, acuden prestos a la furgoneta a solicitar de nuestra acrisolada profesionalidad los más enjundiosos trabajos de forristería avanzada.
Y como novedad de esta temporada les presentamos el tapizado invisible, algo caro, pero que deja los sofás, los capitonés, la butaca del abuelo, el escabel de la abuela, el tú y yo de los titos como si no hubieran sido tapizados, algo digno de ver. Conserve el aspecto e incluso el tufillo añejo de sus muebles más queridos, siga contemplando con sonrisa benevolente la mancha de orina que adorna el balancín del yayo. Todo parecerá como antes con nuestro inigualable tapizado invisible.
¡Señoras y señores! Ha llegado a esta localidad el tapicero. La vida no les va a ofrecer oportunidades como esta todos los días. Es probable que sea la última vez que pasemos por esta bella villa antes del Juicio Final. Analicen sus conciencias, su alma, sus pensamientos sucios, sus ansias galvanizadoras. Investiguen sus deseos, sus recelos, sus vulvas, sus escrotos, asegúrense de que realmente no necesitan que se les tapice nada. Piénsenlo. Estaremos hasta las cinco de la tarde en la esquina de la frutería del chino.
No hay comentarios:
Publicar un comentario