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FUMPAMNUSSES!

¿Qué es Fumpamnusses!?... Fumpamnusses! es todo y es la primera vez. Siempre hay una primera vez. Escribo pues, por primera vez, en algo que tiene que ver con el exabrupto digestivo de un sapo ("Blog") sin saber siquiera lo qué es (me refiero al Blog, aunque en el fondo tampoco sé muy bien lo que es un sapo.) Mi declaración de intenciones espero que sí quede clara: me limitaré a realizar las veces que crea oportuno un ejercicio brusco, continuado y compulsivo de literatura automática, de exorcismo necesario y suficiente de los restos de energía negativa o positiva, qué sé yo, o de encauzamiento de ideas, frases o palabras que mi mente quiera en ese preciso momento que queden reflejadas en este nuevo e inefable invento. Invito, pues, a este ejercicio a todos los interesados en el arte de la improvisación mecánica, maquinal, indecorosa y pueril. No esperen grandes ideas, no espero grandes ideas, sólo el placer de ver concatenadas ciertas imágenes que surgen improvisadamente y en plena libertad, quizás en extrema libertad, esperanzado en que no me suceda algo tan lamentable como aquello que le ocurrió a aquel pequeño electrodoméstico que, de tan libre y tan enamorado como estaba de Sir Douglas H. Silverstone, declaró la independencia de todas las anguilas del mundo y de ciertos huevos de Pascua de los alrededores de Castel Gandolfo.



18.5.13

296. Ánimas Benditas Ltd.


          Que Santa Afra, una de las pocas santas chipriotas que yo conozca, fuera en primera instancia, antes de su conversión, adoradora de Venus, no es causa suficiente ni necesaria para que me encuentre en el calamitoso estado, espiritualmente hablando, en el que me hallo. Deduzco que la santidad en Chipre nada tiene que ver con su cartografía, con ese contorno característico de sus costas que le da el aspecto amenazador de un insecto con una trompa muy larga y puntiaguda. Ninguna influencia, pues, estoy seguro de ello, tienen Chipre y su cultura sobre mi carácter, temperamento y personalidad. Nada de ese país en concreto altera mi manera de pensar. Sin Chipre sería el mismo, de la misma manera que sin mí, Chipre seguiría su historia natural. No soy afecto ni adepto de la cursi teoría del efecto mariposa. Todo tiene, obviamente, un origen, una causa. La piel de Santa Agra se achicharra por causa del fuego, fuego que enciende un verdugo cuyo nombre no ha quedado en anal alguno, verdugo que a su vez se hizo verdugo al ser denegada su admisión al cuerpo de escribas de Nicosia, etc., pero llegar hasta la mariposa del norte de China, que con su leve aleteo precipita el cúmulo de acontecimientos que acaban abrasando los tegumentos de la santa o determinan el ya referido calamitoso estado espiritual en el que me encuentro, me sumerge en una especie de agnosticismo determinista determinante. Y el caso es que ser chipriota debe ser algo parecido a ser guaraní, parecido a ser algo así como un ser especial, algo imbécil, pero especial. Y este escrito que empezó ahondando en el martirologio cristiano, ha devenido, sin yo ni siquiera pensarlo ni desearlo, en un ataque frontal a dos pueblos que nada me han hecho. O sí, porque si nos creemos la teoría de la mariposilla china, algo tienen entonces que ver el indio guaraní del Paraguay y el gamberro chipriota de Salamina en mi, por tercera vez adjetivado, calamitoso estado espiritual en el que me encuentro. Igualmente, reconozco, que yo también puedo ser causa remota de la felicidad o desdicha de estos pueblos tan ajenos a mi devenir en el mundo. Hoy, día en el que se celebra el festival de Eurovisión 2013, en el que es clara favorita la canción que presenta la delegación chipriota, y con el recuerdo imborrable en las retinas del fenecido festival de la OTI (ese sí era un verdadero festival de la canción), en cuyo último certamen quedó la última en las votaciones la canción del Paraguay, hoy, decía me hallo en un estado espiritual realmente calamitoso, ...calamitoso, ...du du aaah, ...calamitoso, ...calamitoso, ...du du aaah,  ...yeeeh yeeeh.