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FUMPAMNUSSES!

¿Qué es Fumpamnusses!?... Fumpamnusses! es todo y es la primera vez. Siempre hay una primera vez. Escribo pues, por primera vez, en algo que tiene que ver con el exabrupto digestivo de un sapo ("Blog") sin saber siquiera lo qué es (me refiero al Blog, aunque en el fondo tampoco sé muy bien lo que es un sapo.) Mi declaración de intenciones espero que sí quede clara: me limitaré a realizar las veces que crea oportuno un ejercicio brusco, continuado y compulsivo de literatura automática, de exorcismo necesario y suficiente de los restos de energía negativa o positiva, qué sé yo, o de encauzamiento de ideas, frases o palabras que mi mente quiera en ese preciso momento que queden reflejadas en este nuevo e inefable invento. Invito, pues, a este ejercicio a todos los interesados en el arte de la improvisación mecánica, maquinal, indecorosa y pueril. No esperen grandes ideas, no espero grandes ideas, sólo el placer de ver concatenadas ciertas imágenes que surgen improvisadamente y en plena libertad, quizás en extrema libertad, esperanzado en que no me suceda algo tan lamentable como aquello que le ocurrió a aquel pequeño electrodoméstico que, de tan libre y tan enamorado como estaba de Sir Douglas H. Silverstone, declaró la independencia de todas las anguilas del mundo y de ciertos huevos de Pascua de los alrededores de Castel Gandolfo.



12.5.12

257. California


          La Primera Comunión del Comandante O'Banion se celebró en la barriada madrileña de Orcasitas u Horcasitas u Orkasithas o Moratalaz, no recuerdo, y no recuerdo el dato por dos primordiales y primorosas razones, ¿o eran tres?, no sé, no consigo acordarme, no consigo atar mis pensamientos ni mucho menos los pensamientos de los demás, de aquéllos que me rodean, que además y ahora que me percato, ¿por qué me rodean?, sé que no les he hecho nada malo, quizás no acojan con bondad y amplitud de miras mi manera de ser, quizás no entiendan el origen y la naturaleza de mis constantes cobardías, porque no son una, son varias las cobardías que poseo, a saber: soy cobarde con mi pasado, soy cobarde con mi presente y soy cobarde con mi futuro imperfecto o condicional o condicionado, pero sea como fuere, de subjuntivo, en eso sí que estoy casi seguro, válgaseme el oxímoron (¿oxímoron?, ¿válgaseme?), sí, oxímoron, ¿qué ocurre?; oxímoron es una palabra que significa lo contrario y lo paradójico que ustedes piensas de continuo, a diario, y es por ello que no se dan ni cuenta, porque oximoronean pausada y largamente como al albur, como al socaire (otras dos bonitas palabras que adornan mi prosapia, mi lengua ahíta de pedantería huera); pero dense cuenta, piensen que si mi pensamiento fuera rico y ubérrimo dejarían ipso facto de odiarme y venerarían mis palabras por aquello que por desgracia ahora no son, y ya a mi provecta edad ya no lo serán nunca, aunque en sentido lato no soy tan viejo como mi tendencia manifiesta, tengo nueve años, soy Comandante de la Royal Army al servicio de Su Serenísima Majestad la Reina Isabel II, poseo carnet de socio numerario de cuatro de los tres mejores clubes privados de Londres, mis defectos son muy anglosajones todos, ninguno me produce dividendos, pero tampoco problemas fiduciarios o legales, el sexo me trae a mal traer, pero solo la mañana de los martes, leo mucho, demasiado quizás, pero sólo autores de raza negra, porque yo soy negro como toda la rama dublinesa de los O'Banion. Una vez que reciba el Santísimo Sacramento embarcaré con mi tripulación rumbo a la China para protegerla de las invasiones que presumo inminentes de los Atlantes Maoríes. Dios salve a la Reina (God save the Queen).