Tota Periñán es maestra en artes marciales y le gustan las cerezas. Tota Cereceda es majorette en Marinaleda y le gustan los piñones. Nacieron el día 4 de febrero de 1957 con apenas unos minutos de diferencia. Tota P. en Tafalla, Tota C. en Almendralejo. De Tafalla a Almendralejo hay 691 Km. La vida de la tafallesa es difícil, porque es ciega de nacimiento. La vida de la almendralejense es fácil, porque es guapa y habilidosa lanzando bastones multicolores al aire. El papá de T. Periñán es registrador de propiedades ajenas. El papá de la Tota ciega murió en el día y a la hora en que las Totitas, Cereceda y Periñán, venían al mundo. En Almendralejo, las cerezas son duras como los piñones de Tafalla. Marinaleda es un pueblo de Sevilla y una de las localidades más feas de España. De Marinaleda a Almendralejo hay una distancia de 359 Kms. Tota Cereceda se hizo majorette en la escuela de adiestramiento para niñas ciegas de Tafalla. Era ella, de niña, buena y dadivosa. Por cada piñón que recibía y comía regalaba una cereza al Sindicato Obrero del Campo (S.O.C.). Su papá, el Sr. Periñán, era experto en artes marciales navarras y también en las otras, y enseñó a su Totita, desde bien pronto, desde muy niña, a lanzar el multicolor bastón a los blanquiazules cielos de Almendralejo. El Sr. Cereceda también murió cuando nacía su hijita Tota en el camino hacia Marinaleda, donde la familia se disponía a participar en la usurpación de las fincas de cerezas y piñones del Marqués de Almendralejo, junto a un numeroso y exaltado grupo de jornaleros. De Tafalla a Marinaleda habrá más o menos unos 1.000 Km. (exactamente, 993 Km.). Las cerezas del Marqués tienen compuestos arsenicales para regalar, debido a los productos nocivos organofosforados comprados al por mayor en el mercado negro de la Santa Sede y utilizados para la fumigación de estos frutales, asolados por el pulgón menuíto (Nerium oleander). Los piñones del Marqués, en cambio, son gordos y tiernos, pero producen o provocan clorosis, por su tradicional falta de componentes ferrosos, lo que se traduce en ese típico color verdoso de los Piñoneros Univarietales, secta de la Sierra Sur Sevillana, cuyos miembros sólo comen piñones del Marqués. Por tanto, ricos, lo són, pero conviene comerlos con lentejas y berberechos, alimentos ricos en hierro, para contrarrestar el déficit en el balance férrico. El Marqués de Almendralejo nació en Tafalla, cerca de la casa Patricia del Duque de Tafalla, nacido en Marinaleda en 1892, año de bienes para el Consistorio de Almendralejo debido a la inesperada visita del Papa Eusebio Nono (Eusebio IX). A su llegada a la ciudad extremeña, el Santo Padre fue recibido por el conjunto de majorettes "Las Cerecedas", aunque el futuro San Eusebio Nono hubiese preferido a "Las Periñanas de Tafalla", excelso grupo majorettero, cuya virtuosa capitana unía al soberbio manejo del lanzamiento de bastón, la ejecución paralela de unas complicadas katas de kárate pamplonés, que era en verdad algo sublime, sublime de ver. De Roma a Almendralejo hay lo mismo que de Almendralejo a Roma (tarde o temprano tenía que decirlo). Un kilogramo de piñones romanos (romani pignone) equivale aproximadamente a 1,25 kilogramos de cerezas de Tafalla. Tota Cereceda murió con unos minutos de diferencia. Tota Periñán murió justo a su hora. Coincidieron tan solo una vez en sus vidas. Fue el 18 de agosto de 2001 en Bremen, durante la celebración de unos juegos florales. Iban acompañadas por sus padres, que las guiaban solícitos, ya que ambas eran ciegas como infausta consecuencia de un accidente ferroviario la de Tafalla, y por un accidente aéreo la de Marinaleda. Curiosamente las dos detestaban los repugnantes caramelos de Almendralejo, duros como las cuernas del Marqués o las rótulas del Duque. De cualquier forma, y en honor y recuerdo de estas dos mujeres de tan inmensa valía, gritemos a voz en cuello: ¡Viva la Reforma Agraria!
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FUMPAMNUSSES!
¿Qué es Fumpamnusses!?... Fumpamnusses! es todo y es la primera vez. Siempre hay una primera vez. Escribo pues, por primera vez, en algo que tiene que ver con el exabrupto digestivo de un sapo ("Blog") sin saber siquiera lo qué es (me refiero al Blog, aunque en el fondo tampoco sé muy bien lo que es un sapo.) Mi declaración de intenciones espero que sí quede clara: me limitaré a realizar las veces que crea oportuno un ejercicio brusco, continuado y compulsivo de literatura automática, de exorcismo necesario y suficiente de los restos de energía negativa o positiva, qué sé yo, o de encauzamiento de ideas, frases o palabras que mi mente quiera en ese preciso momento que queden reflejadas en este nuevo e inefable invento. Invito, pues, a este ejercicio a todos los interesados en el arte de la improvisación mecánica, maquinal, indecorosa y pueril. No esperen grandes ideas, no espero grandes ideas, sólo el placer de ver concatenadas ciertas imágenes que surgen improvisadamente y en plena libertad, quizás en extrema libertad, esperanzado en que no me suceda algo tan lamentable como aquello que le ocurrió a aquel pequeño electrodoméstico que, de tan libre y tan enamorado como estaba de Sir Douglas H. Silverstone, declaró la independencia de todas las anguilas del mundo y de ciertos huevos de Pascua de los alrededores de Castel Gandolfo.
¿Qué es Fumpamnusses!?... Fumpamnusses! es todo y es la primera vez. Siempre hay una primera vez. Escribo pues, por primera vez, en algo que tiene que ver con el exabrupto digestivo de un sapo ("Blog") sin saber siquiera lo qué es (me refiero al Blog, aunque en el fondo tampoco sé muy bien lo que es un sapo.) Mi declaración de intenciones espero que sí quede clara: me limitaré a realizar las veces que crea oportuno un ejercicio brusco, continuado y compulsivo de literatura automática, de exorcismo necesario y suficiente de los restos de energía negativa o positiva, qué sé yo, o de encauzamiento de ideas, frases o palabras que mi mente quiera en ese preciso momento que queden reflejadas en este nuevo e inefable invento. Invito, pues, a este ejercicio a todos los interesados en el arte de la improvisación mecánica, maquinal, indecorosa y pueril. No esperen grandes ideas, no espero grandes ideas, sólo el placer de ver concatenadas ciertas imágenes que surgen improvisadamente y en plena libertad, quizás en extrema libertad, esperanzado en que no me suceda algo tan lamentable como aquello que le ocurrió a aquel pequeño electrodoméstico que, de tan libre y tan enamorado como estaba de Sir Douglas H. Silverstone, declaró la independencia de todas las anguilas del mundo y de ciertos huevos de Pascua de los alrededores de Castel Gandolfo.
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