Es sentimental, le gustan las baladas de Frankie Valli, su voz es sedosa cuando se dirige a los marmitones en los buques de cabotaje, aprecia a los negros y desprecia a los poetas del Este, acude con solicitud recogida a los oficios de tinieblas, habla bien de sus enemigos del arrecife y mal de los malos en general, no consiente malos en sus empresas, acaba los platos que le pone por delante su tita Madeleine-Sophie, corre todos los día seis kilómetros en dirección nordeste, escribe su biografía día a día con su letra gótica característica, lee mucho, pero sobre todo a autores noveles y coetáneos, fuma once cigarrillos turcos al día (Abdullah®), es co-fundador de la Asamblea Nacional Sarda, resuelve con prontitud los crucigramas del Daily Mirror, se perfuma dos veces al día con una mezcla de abrótano, almizcle argelino y lavanda galesa, escupe demasiado para ser de un país andino, se acuesta pronto y duerme acurrucado como un feto sedicioso, se cose sus propias sayas de sarga aragonesa, cocina los domingos (único día de la semana que no come en casa de tita Madeleine-Sophie), en cuestión de amores le gustan las mujeres con conciencia cortesana y modos conventuales, adora las posturas amorosas sencillas como la del zorro hacendoso, la variante suiza del molinillo, la del oso hormiguero y sobretodo la del mono asqueroso, conoce a los filósofos presocráticos con solo atisbarlos en el súper, oye músicas diversas y de sonoridades multiformes, es fan de Frankie Valli, como ya ha quedado reseñado, de Bruno Lomas, de Miriam Makeba, de Felipe Calatayud, de Los Monkees, de Los Sabandeños, de Porrina de Badajoz, de Antoñita Moreno y de King Crimson, viajar es una de sus pasiones, conoce el mundo entero, pero sobretodo viaja a zonas lacustres que tengan leyendas ominosas de crímenes, monstruos y fantasmas, el terror emocional es, por tanto, otra de sus aficiones o pasiones, claudica algunos días y acude a la puerta de los colegios a venderle droga a los maestros, renueva su fondo de armario cada solsticio, ya sea de verano o de invierno, se depila las piernas cuando oye el trino del petirrojo, recita de memoria los insultos que Cicerón dedicó al pretor Antonio en el Capitolio y los que el pretor Antonio dedicó a Catón en el Coliseo de manera evidentemente equivocada, le echa excesivo/a azúcar al café, algo que a su tita Madeleine-Sophie le pone al borde del colapso nervioso, estudió Farmacia de joven en la Universidad Agnóstica de Entrambasmestas, dejando dos asignaturas para terminar la licenciatura, se dedica desde entonces a la política activa en el seno del partido secesionista que ayudó a fundar y que ya hemos mencionado (la Asamblea Nacional Sarda—ANS—), con los juegos de mesa le sale una caspa abundante que inhabilita el tapete, por lo que se especializo hace años en la petanca valona, de muy difícil práctica y ejecución para un flamenco del Perú, aunque agnóstico se interesa por la vida de los santos, estando más focalizado su interés en concreto en la vida de las santas y sobretodo en el martirio de las que fueron víctimas las pobres, tiene pocos amigos de verdad, es soltero, gordo y le gusta adornar su despacho con cuadritos mínimos que él mismo compone con aquello que se va encontrando en los baratillos de las ciudades que visita, tiene tres enfermedades importantes y once poco importantes, le queda poco de vida, apenas come, ha dejado la cerveza y ha intentado el pasado jueves meterle mano a su tita preferida, sí, la tita Madeleine-Sophie, la abordo por detrás y le cogió sus enormes pechos mientras apretaba su sexo enhiesto contra la solidez de sus firmes nalgas, ella lo ha desheredado de manera fulminante, ha perdido una fortuna y la impresionante mansión familiar, ahora llora vagando por lugares inhóspitos de la Europa del Este en busca de cintas de casete antiguas de Frankie Valli, pero no encuentra ninguna.
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FUMPAMNUSSES!
¿Qué es Fumpamnusses!?... Fumpamnusses! es todo y es la primera vez. Siempre hay una primera vez. Escribo pues, por primera vez, en algo que tiene que ver con el exabrupto digestivo de un sapo ("Blog") sin saber siquiera lo qué es (me refiero al Blog, aunque en el fondo tampoco sé muy bien lo que es un sapo.) Mi declaración de intenciones espero que sí quede clara: me limitaré a realizar las veces que crea oportuno un ejercicio brusco, continuado y compulsivo de literatura automática, de exorcismo necesario y suficiente de los restos de energía negativa o positiva, qué sé yo, o de encauzamiento de ideas, frases o palabras que mi mente quiera en ese preciso momento que queden reflejadas en este nuevo e inefable invento. Invito, pues, a este ejercicio a todos los interesados en el arte de la improvisación mecánica, maquinal, indecorosa y pueril. No esperen grandes ideas, no espero grandes ideas, sólo el placer de ver concatenadas ciertas imágenes que surgen improvisadamente y en plena libertad, quizás en extrema libertad, esperanzado en que no me suceda algo tan lamentable como aquello que le ocurrió a aquel pequeño electrodoméstico que, de tan libre y tan enamorado como estaba de Sir Douglas H. Silverstone, declaró la independencia de todas las anguilas del mundo y de ciertos huevos de Pascua de los alrededores de Castel Gandolfo.
¿Qué es Fumpamnusses!?... Fumpamnusses! es todo y es la primera vez. Siempre hay una primera vez. Escribo pues, por primera vez, en algo que tiene que ver con el exabrupto digestivo de un sapo ("Blog") sin saber siquiera lo qué es (me refiero al Blog, aunque en el fondo tampoco sé muy bien lo que es un sapo.) Mi declaración de intenciones espero que sí quede clara: me limitaré a realizar las veces que crea oportuno un ejercicio brusco, continuado y compulsivo de literatura automática, de exorcismo necesario y suficiente de los restos de energía negativa o positiva, qué sé yo, o de encauzamiento de ideas, frases o palabras que mi mente quiera en ese preciso momento que queden reflejadas en este nuevo e inefable invento. Invito, pues, a este ejercicio a todos los interesados en el arte de la improvisación mecánica, maquinal, indecorosa y pueril. No esperen grandes ideas, no espero grandes ideas, sólo el placer de ver concatenadas ciertas imágenes que surgen improvisadamente y en plena libertad, quizás en extrema libertad, esperanzado en que no me suceda algo tan lamentable como aquello que le ocurrió a aquel pequeño electrodoméstico que, de tan libre y tan enamorado como estaba de Sir Douglas H. Silverstone, declaró la independencia de todas las anguilas del mundo y de ciertos huevos de Pascua de los alrededores de Castel Gandolfo.