"La voluntad, me decía Toni Mengol, el guaperas del Paralelo, es la madre de todo lo que el ser humano será en su vida, la única cosa real que nos da carácter, que nos otorga naturaleza humana y que nos diferencia de los demás animales". Toni no daba para más, ese era su pensamiento eximio y así lo exponía fuera donde fuera. En la barra de cualquier taberna del barrio de San Miguel te endilgaba su pensamiento entre copa y copa de coñac barato. Carmela, la única mujer que lo quería, lo seguía desde lejos, desde la atalaya de su balcón floreado de geranios, los únicos geranios en la calle de la Muralla, el único balcón con vida, la única baranda que se vencía con las flores de los tiestos de Carmela, una andaluza llena de tópicos, que cantaba, reía, bailaba y llevaba y traía a más de cuatro por la calle de la amargura con aquel movimiento de caderas, con aquel meneo de culo, con aquella parsimonia encendida de su mirada morena . Todo en ella era alegría, una alegría cuyo máximo receptor era el inefable Toni, el de la férrea voluntad, el que en los cabarets de medio pelo hacia un arte del trapicheo. Carmela siempre le esperaba y Toni, tarde o temprano, siempre aparecía".
Lo anterior, como habrán barruntado ustedes, es el comienzo de un libro, de una novela de carácter realista, una novela abierta al análisis sociológico de una época concreta de nuestro país y de una zona geográfica determinada. Sus personajes, emblemas de clase, paradigmas meramente vehiculares, simbolizarán los elementos sustanciales del devenir político de esa época convulsa de la posguerra española.
Este magistral arranque, escrito por el que esto firma, está en venta. Los derechos de autor pueden ser otorgados a la persona o corporación interesada a un precio que, dadas las circunstancias actuales, se diría que es casi risible, por no decir que es prácticamente un regalo.
Es muy probable que a poco que alguien desarrolle este enjundioso comienzo narrativo se haga con algún premio literario de postín y con la fama perdurable que este tipo de galardones conlleva.
Así que anímense.
Mi nombre es:
Sebastián Tello Mendieta-Satrústegui
e-mail: seteme-sa@yahoo.eu