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FUMPAMNUSSES!

¿Qué es Fumpamnusses!?... Fumpamnusses! es todo y es la primera vez. Siempre hay una primera vez. Escribo pues, por primera vez, en algo que tiene que ver con el exabrupto digestivo de un sapo ("Blog") sin saber siquiera lo qué es (me refiero al Blog, aunque en el fondo tampoco sé muy bien lo que es un sapo.) Mi declaración de intenciones espero que sí quede clara: me limitaré a realizar las veces que crea oportuno un ejercicio brusco, continuado y compulsivo de literatura automática, de exorcismo necesario y suficiente de los restos de energía negativa o positiva, qué sé yo, o de encauzamiento de ideas, frases o palabras que mi mente quiera en ese preciso momento que queden reflejadas en este nuevo e inefable invento. Invito, pues, a este ejercicio a todos los interesados en el arte de la improvisación mecánica, maquinal, indecorosa y pueril. No esperen grandes ideas, no espero grandes ideas, sólo el placer de ver concatenadas ciertas imágenes que surgen improvisadamente y en plena libertad, quizás en extrema libertad, esperanzado en que no me suceda algo tan lamentable como aquello que le ocurrió a aquel pequeño electrodoméstico que, de tan libre y tan enamorado como estaba de Sir Douglas H. Silverstone, declaró la independencia de todas las anguilas del mundo y de ciertos huevos de Pascua de los alrededores de Castel Gandolfo.



20.5.18

437. El desliz


          Me escribe una larga carta alguien que dice ser vecino de mi bloque, más que carta memorándum, en el que enumera una interminable lista de agravios, de los que se siente víctima y de los que yo, y sólo yo, soy el causante. Vivo en un chalet exento, no adosado, construido en una parcela de 2.750 metros cuadrados, que linda por tres de sus lados con un sotobosque de chopos y rododendros y por el cuarto lado con la carretera comarcal AC-4071. La casa habitada más cercana es el Balneario de San Millán, que se encuentra a unos cinco kilómetros al oeste, siguiendo la comarcal referida. Por tanto, me sorprende la carta de "mi vecino del bloque", porque no vivo en un bloque ni, lógicamente, tengo vecinos. Entre otras cosas me dice que no soporta el runrún constante de mi obsesivo pensamiento; que le irrita sobre manera la forma que tengo de sonreír al alba y la de oler el aroma de mi ausente amada; que cuando sueño, crepitan las maderas de su alcoba; que mis suspiros conmueven y alteran su duermevela. Su letra es precisa, elegante, varonil, sin desfallecimientos, estructurada en frases y párrafos de un claro orden canónico en cuanto a su concreción y desarrollo. Me solicita con rotundidad que deje de regar a partir de las doce mis macetas de desconsuelos y mis tiestos de sosiegos marchitos; que una lágrima, que afirma es de mi propiedad, ha destruido con su humedad triste el baúl de ilusiones que guardaba en su desván. Sus palabras, cada vez más hirientes, suben de tono a cada línea. Me acusa de socavar y violar la normal convivencia entre vecinos (¡a mí, que no tengo vecinos ni amigos!, ¡que vivo solo en el campo!); afirma que rompo la paz con mis continuas luchas internas, con mis lamentos conminatorios y mis clamorosas súplicas al averno. Me acusa de que salpico sus balcones con la sangre despedida por mis nocturnas flagelaciones; que los humos de mis pócimas satánicas manchan de óxido su colada tendida en la azotea; que aturdo sus oídos con la salmodia profana que sale de mi boca blasfema; que sus hijos no han de leer los lamentos de soledad que pinto en las paredes del rellano con el grafismo diabólico de un ser demente y estrambótico. Me amenaza con denuncias a la autoridad, sino es que un día, en un arrebato de cólera, no toma él mismo las riendas del problema y acaba conmigo de manera terminante y sumaria. Es su esposa, me indica, la que lo retiene hasta ahora, pero llegará un momento en que el globo de su paciencia estallará. No puede entender el fervor de mis ternuras, la sonrisa que exhalo al contemplar las gasas de nubes que se inmolan en el ocaso, el rictus irónico que se posa en mis facciones de hombre viejo cuando mi perro le ladra a la luna. Y se ofusca ante las sorpresas que expreso ante la llegada de las estaciones, ante la llegada de los patos, ante la aparición del primer vencejo y la primera mariposa. Nada de lo que dice es del todo falso, sólo que "mi vecino" nada puede ver y nada puedo hacer por él, porque yo vivo solo. Mis sentimientos ambivalentes, contradictorios, humanos o diabólicos, sumisos o violentos son perfectamente expuestos por mi inexistente vecino. Acierta en todo y acrecienta el espanto que la observación a que me somete, desde no sé qué dimensión, me provoca. Su ausencia/presencia asume el papel que tendría que ocupar mi conciencia, o mi superyó, pero no consigo asumirlo como parte de mí; estas entidades abstractas, fantasmales, no envían cartas certificadas a mi dirección, no emiten dictámenes por escrito, mi conciencia tiene mil formas para hundirme o para salvarme, pero esto que me está pasando es real. Tan solo Dios y yo conocemos los sentimientos, las pasiones, los anhelos y esperanzan que se siembran en el jardín de mi alma, sólo Él y yo conocemos los sectores oscuros y los espacios luminosos que la ocupan. Mis demonios podrían disponer de cierta información e intentar mediante esta estratagema atraerme al borde peligroso del abismo. Pero yo sé que no importo tanto como para que una batalla al más alto nivel entre las fuerzas del mal y del bien se lleve a efecto. Todo esto del encolerizado inquilino de "mi bloque" creo que ha de tener una naturaleza más pedestre y menos metafísica. Tengo por costumbre, cuando algo no entiendo y jamás lo voy a entender, montarme en el mismo carro del asombro y continuar la senda del absurdo o de la fantasía que el destino me ha deparado. De este modo, localizo al azar el nombre y la dirección del primer comerciante de alfombras que aparece en el listín telefónico de la ciudad y le escribo lo siguiente: 
          "Desestimado Caballero o lo que quiera que sea: Recibo en la tarde de ayer el pedido que le hice el pasado lunes 30, de once alfombras persas trenzadas en torunda inversa con el estambre en lazada kurda y con las medidas acordadas de 225 x 125 centímetros, cinco de ellas con motivos simétricos en aljebíes con fondo verde y seis con motivos florales en alelíes con fondo bermellón. Y lo que recibo son treinta y dos esterillas de enea mal trenzada y llenas de polvo envueltas en papel de periódico cairota y expeliendo un insoportable olor a pies. Si es una broma, me merece todo el asco y el desprecio del que puedo disponer para casos de urgencia como éste, y si no lo es, también. La señal en dinero contante que se me exigió durante la transacción comercial quiero verla en mi mano en menos de horas veinticuatro, momento en el que de no ser reintegrada dicha cantidad, se pondrán en marcha los dispositivos conminatorios pertinentes, algo que, créame, no le gustaría experimentar. A las esterillas les he prendido fuego ya que el número considerabilísimo de chinches las hacía mágicas, moviéndose y casi volando por sí mismas, algo realmente tan asqueroso como asquerosa supongo a la madre de usted". 
          Espero que el vendedor de alfombras, después de la sorpresa inicial, reaccione y continúe la divertida cadena.

16.5.18

436. Esperanto a gogó



          Al final, o al principio, siempre acabo hablando de la muerte, o huyendo de hablar de ella, que es como realmente se habla sobre ella. No hay más personaje protagonista que Godot en la obra de Beckett, porque Godot nunca está y nunca lo vemos. Cuanto menos la mencionamos, más presente se encuentra entre nosotros y dentro de nosotros. De la muerte sí se ha dicho todo, de otras vicisitudes de la vida aún quedan cosas por decir, pero de ella todo se ha determinado con carácter exhaustivo, lo que ocurre es que lo dicho por los hombres por los siglos de los siglos sobre el hecho de la muerte no se halla estructurado y compendiado debidamente en un corpus único y cerrado. Cada hombre, cada facción, cada confesión, cada escuela, cada bifurcación cismática ha compilado un buen número de características verdaderas sobre la muerte, pero no ha existido el hábito sincrético de unir todos y cada uno de los elementos diversos en un sistema axiomático uniforme, límpido y hermoso, para posteriormente ensamblarlo con la belleza simétrica que en la Naturaleza une el comienzo y el fin de todas las cosas. La muerte siempre la definimos a la baja, como la ausencia infinita, como la intromisión del vacío en nuestro pensamiento, la epifanía de la nada, concepto éste que estamos incapacitados para comprender. Desde que nacemos, incluso desde antes, desde nuestro estado bicelular, somos materia alejada del vacío y de la nada, desde ese momento ya somos presencia, al estar al otro lado de la nada, por eso el concepto de muerte nos abisma, porque nos enfrenta al vacío, a la nada, y surge entonces el miedo como espada de fuego que nos expulsa flamígera y terminante del paraíso de la materia, conduciéndonos al infierno que no es más que la nada. Frente a la nada, el sudor helado que recorre nuestra espalda, frente al vacío, la crispación crujiente de todos y cada uno de los nervios. Pero el conocimiento de la muerte es, como seres humanos que somos, nuestro parco triunfo evolutivo. En la carrera biológica con el resto de los seres hemos obtenido el "preciado" galardón del conocimiento de nuestro propio fin; este premio, este don nos lo otorgamos a nosotros mismos, no estaba previsto en la Naturaleza agasajar de tal modo a aquel homínido testarudo, que se empeñó en bajar de los árboles, para luego caminar erguido, para después oponer los pulgares y poder asir piedras y ramas, y hacerse luego gregario, carroñero, nómada, cazador, agricultor, ganadero, constructor y guerrero. La entrega real del premio, consistente en la asunción epifánica de la propia muerte, corrió pareja a la edificación megalómana y megalítica en un afán, llamado al fracaso, de anular ese no querido conocimiento brutal de la muerte, y adornarlo de un más allá más benévolo que la propia vida. Cuando el hombre se constituye como tal, lo hace sabiendo ya que camina hacia su propia destrucción. La antigua alegría o abulia de vivir cuaja y solidifica en una mescolanza de horror, incredulidad, violencia y misticismo a partes iguales. Sabemos que vamos a morir y eso nos hunde en una sima de angustia que ya nos acompañará siempre. Así, en el materialismo conceptual de ese incomprensible sistema que llamamos vida, cualquier desmán del ser humano sería amortiguado, incluso justificado, ateniéndonos a su aciago final: "ya que voy a morir irremisiblemente haré que la vida restañe el excedente de angustia". Somos, pues, seres profundamente tristes, estúpidamente melancólicos, siempre añorando quimeras y esperanzados en fantasías enfermizas y banales, que nos conducen a espacios metafísicos en donde el alma sale llagada y el espíritu amortajado con necias soflamas y místicos soniquetes. Yo, desde un nihilismo militante, invoco para mi muerte un escenario diferente, exento de todo dramatismo y lleno de una infantil curiosidad. Desde un agnosticismo también militante me desnudo de prejuicios y pre-concepciones, de teorías y creencias. Nada sé y nada sabré, y a lo mejor es que nada me importa o es que nada importa en sí, sólo me fascinará o me hechizará abrir la puerta secreta cuando dicha puerta esté ante mí, no antes. Mientras tanto pienso en la muerte como la suma estupidez de la Creación, si es que la cosa aconteció como tal. Sólo en el desconocimiento ontológico del propio final de la materia tendría sentido este bucle infinito y casi obsceno de nacimiento, desarrollo y muerte de todo el Universo, nacer para adquirir el impulso necesario para la reproducción y que después ese impulso decaiga y devenga la decadencia y la muerte. Y así hasta el infinito en un aburridísimo juego en el que nadie conocido se divierte. Por tanto, tenemos que la vida, sistema o proceso que jamás vamos a poder interpretar o comprender, es una estupidez en estado puro, en la que vamos a permanecer un tiempo (concepto éste del tiempo también inherentemente estúpido) en un ínfimo espacio cósmico (otro concepto éste del espacio también esencialmente estúpido) y todo ello sin saber jamás al designio de qué o de quién responde. Lo que ocurre es que a mí nada de esto me asusta, más bien me hace sonreír, pero sonreír con mueca, que es como sonreímos los que no nos asustamos con la muerte. Déjenme al menos mostrar cierta valentía ante esto, porque ante otros aspectos de la vida soy profundamente cobarde. Y no tengamos miedo a lo que no existe, tampoco nuestras vidas existen, nos movemos o reptamos en estas tres escasas dimensiones de las muchas, quizás infinitas, que seguro existen. La mínima hormiga que deambula entre las dos losetas resquebrajadas del zaguán de esta casa solariega, en este otoño desvencijado de ocres y grises, vive sin espacio y sin tiempo, y sin esos dos pesados bloques, la vida, aun siendo estúpida en sí, no sería objeto de especulación constante, estaríamos viviendo casi sin presente, definitivamente sin pasado y sin futuro, sin distancias. Pero no es así, y es por todo lo dicho por lo que damos carta de naturaleza a Dios, al diablo, al amor, a la esperanza, al terror, a la amistad, a la ciencia, al sexo, a la salud, a la avaricia... y sobre todo, a la poesía.

6.5.18

435. La norma como norma


01. En 1928 se pusieron 2.756.326 telegramas en la oficina de telégrafos de Harrisburg, Pensilvania, un 8% más que en 1927.
02. Leo Baekeland, descubridor de la baquelita, fruncía su pequeña boca cada vez que oía la palabra "orinal".
03. Los cantos rodados del Volga son objeto de deseo de ciertos coleccionistas de la margen izquierda del Dniéster.
04. La ausencia de vocales en el alfabeto bantú genera la singular conformación palatina de sus hablantes en forma de cono truncado invertido, así como la bifurcación de la úvula ("úvula bífida").
05. "Los breviarios de Circe" es el único documento que nos queda de la estructura, distribución y desarrollo de los falansterios de Fourier creados en el sur de Francia a finales del siglo XVIII y principios del XIX.
06. Tan solo 1 de cada 11 españoles sabe a qué provincia pertenece la localidad de Langreo. Nadie supo responder a qué provincia pertenece Calascaños, incluidos dos vecinos de Calascaño.
07. La última bienal de arte contemporáneo de Venecia, celebrada en 2016, supuso un gran éxito para su organizador Nicola Petrozzio, nieto de "el gran Petrozzio", fundador del cuarteto de viento "Il Soplitto" en la década de los 50 del pasado siglo.
08. "La Calesera", célebre zarzuela del maestro Chapí, fue denunciada tras su estreno por plagio, al comprobarse el enorme parecido de su libreto con "El Cantar del Negro Canghó", obra póstuma de Sor Gilda de las Nieves.
09. Las morenas son murénidos anguiliformes de aguas salobres difíciles de pescar, comer, digerir y excretar, pero fáciles de querer.
10. Nadie en la abadía de Saint Villon des Pérthès sospechaba que el fraile panadero era mujer, nigromante y la asesina de los niños siameses Jean-Luc y Lucien, crimen acaecido en Honfleur en 1917.
11. Truman Capote era descendiente de irlandeses por parte paterna y de una tribu india muy oscura y misteriosa radicada al norte de las Cathills, la apenas conocida tribu de los Piuiu.
12. A tres millones de euros ascendió el botín que unos niños de Copenhague obtuvieron con su robo a mano armada en la mejillonería Blänggenfurst, a las afuera de la ciudad, al norte, cerca del centro logístico Arrasfungen Föhl.
13. Una novela corta de Marguerite Duras, titulada La Square, editada en 1956, fue adquirida en una librería de viejo sesenta y dos años después por un facultativo médico de mediana edad en una localidad al sur, muy al sur de París.
14. Plomo y tantalio son los dos únicos elementos de la tabla periódica que combinados con una sal yodada, cualquier sal yodada, provocan el "storm effect" ("efecto tormenta") en una cubeta de galvanoplastia.
15. El Niño Ricardo fue un cantaor de flamenco, que se casó in articulo mortis con la primera mujer torera de la historia, la novillera lusitana Ophelia Maria da Silva Ocampo, "La Portuguesita", tras la mortal cogida que sufrió en el coso de reses bravas de Portocastello.
16. Internet fue el primer sistema cibernético que comunicó estructuras de metadatos nodales siguiendo los principios de las redes numéricas y espectrales de Mandelbrot.
17. Dos cuentos de Clarín podrían insertarse, compaginando sus páginas impares y sus páginas pares, formando una tercera obra sin perder un ápice de sentido la narración resultante, siempre considerando la edición princeps de estos dos cuento, que son: "Adiós, Cordera" y "El dúo de la tos".
18. El formato en "tetrabrick" se utilizó por vez primera en la guerra de Crimea, y no como contenedor de líquidos o alimentos para la tropa, sino para betún para el lustrado de las botas de los oficiales británicos.
19. El domingo es el día de la semana que más veces se menciona en toda la lírica francesa de los siglos XVIII y XIX. Con el lunes ocurre lo mismo y en las mismas centurias en la poesía japonesa. 
20. Unos de los mayores accionista particulares de la Philip Morris International fue Johnny Weissmuller, el famoso Tarzán de la gran pantalla.
21. "Mi primera katana" fue un libro de poemas escrito por el último de los samuráis de Kobe, Yoshai Imamura, a la edad de 102 años.
22. El decimotercer film dirigido por John Ford fue, a su vez, su primer western, "Río Dorado", protagonizado por Randolph Scott.
23. A mi bautizo acudieron entre otros, Pepe Marchena, Porrina de Badajoz y Perlita de Huelva.
24. El páncreas de un adulto caucásico pesa aproximadamente 37,5 gramos; en la Edad Media, durante el Concilio de Nicea, se consideró que el alma pesaba exactamente 11 gramos (1/4 de onza romana).
25. Mi primo Luis José vive en el nº 84 de la calle Abad Gordillo, cerca del Museo Diocesano de Murcia.
26. El político socialista portugués Mário Soares fue propietario de la mayor colección particular de figuras de venus neolíticas esteatopígicas de Europa, colección que en 1998 donó al Museo de Historia Natural de Coimbra, su ciudad natal.
27. De los cuatro estilos canónicos de natación, el crol es el único que desarrolla y fortalece el músculo tensor de la fascia lata, músculo imprescindible para realizar la torsión interna o pronación y la aducción medial de los miembros inferiores.
28. El color cobalto de las aguas del lago Titicaca se debe a la proliferación de oxiuros tetrasúridos en su lecho y a la sedimentación basáltica de las rocas en su orilla sur. 
29. Brenda Mayerson era el verdadero nombre de Marguerita von Trotta, célebre trapecista del Circo Ringland en la década de los 50 del siglo pasado, casada con el famoso mago y satanista Aleister Crowley.
30. El famoso contador o aritmópata uruguayo, Dámaso Merloni, contabilizó los versos editados en vida por Pablo Neruda; la cifra era sumamente divertida: 222.222 versos.
31. De los 424 apellidos catalanes, sólo dos, Bofarull y Navigord, provienen de la comarca tarraconense de Besalú. 
32. Existe una enfermedad endémica de la isla de Pascua que consiste en la aparición súbita de esferas quísticas de contenido seroso, muy dolorosas, detrás de los pabellones auditivos, acompañándose el proceso de tinnitus progresivo y lengua saburral; el nombre de la enfermedad es retroauriculitis quística, más conocida en la región como pascualitis o mal de Pascua.
33. Según Osmond Parmentier, alumno de Sigmund Freud en Viena, el sueño más recurrente entre la población judía vienesa entre 1900 y 1930 era aquél en el que el individuo se ve aparecer en el centro de la ciudad desnudo de medio cuerpo hacia abajo y con un globo amarillo de propano atado al cuello con una guitita.
34. De todas las sentencias de este escrito, tan solo una de ellas es verdadera, bueno, dos, contando esta última.