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FUMPAMNUSSES!

¿Qué es Fumpamnusses!?... Fumpamnusses! es todo y es la primera vez. Siempre hay una primera vez. Escribo pues, por primera vez, en algo que tiene que ver con el exabrupto digestivo de un sapo ("Blog") sin saber siquiera lo qué es (me refiero al Blog, aunque en el fondo tampoco sé muy bien lo que es un sapo.) Mi declaración de intenciones espero que sí quede clara: me limitaré a realizar las veces que crea oportuno un ejercicio brusco, continuado y compulsivo de literatura automática, de exorcismo necesario y suficiente de los restos de energía negativa o positiva, qué sé yo, o de encauzamiento de ideas, frases o palabras que mi mente quiera en ese preciso momento que queden reflejadas en este nuevo e inefable invento. Invito, pues, a este ejercicio a todos los interesados en el arte de la improvisación mecánica, maquinal, indecorosa y pueril. No esperen grandes ideas, no espero grandes ideas, sólo el placer de ver concatenadas ciertas imágenes que surgen improvisadamente y en plena libertad, quizás en extrema libertad, esperanzado en que no me suceda algo tan lamentable como aquello que le ocurrió a aquel pequeño electrodoméstico que, de tan libre y tan enamorado como estaba de Sir Douglas H. Silverstone, declaró la independencia de todas las anguilas del mundo y de ciertos huevos de Pascua de los alrededores de Castel Gandolfo.



16.3.11

192. www.hombresdemundo.rip


          Un latino es un medio de ser aborigen, de ser un conjunto de piezas geométricas morenas y azucaradas, de ser un sicomoro y a la vez teniente coronel de algo. Es así, créanme, o no me crean, hagan lo que les guste, que será sin duda, algo relacionado con el sexo o la política, actos, que no acciones, ambos de una grosería infinita. Los sudamericanos latinizados en desposorios matriarcales de hispanidad europea, esos bolivianos panameñados, los guatemaltecos achilenados, o, para acabar, esos paraguayos surinámicos, ¿qué podrían aclarar, añadir, concluir en la denostada propuesta de solidaridad cónica del continente hendido? Nada, no podrían decir absolutamente nada, porque sus oficiales directores de masas, sus asesinos encumbrados por el  homicidio de estancieros y la ingestión de guayaba pasada no asesoran lo suficiente a los ciudadanos, que sólo saben mascar la coca añeja con la que embadurnan sus viejos fusiles, los que en un principio fueron adalides de las más puras democracias del mundo, pero que marcharon en huida, corridos, botados hacia el asiático esplendor de las ciudades de luz sideral. En eso quedó todo, en siglo y medio de esperanzas no tan verdes y de banderas a media asta con carácter de permanencia, de estatismo eterno frente a un horror dosificado. Lo mulato como quiebra del horizonte, y todos mirando si cae o no cae el Perito Moreno.