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FUMPAMNUSSES!
¿Qué es Fumpamnusses!?... Fumpamnusses! es todo y es la primera vez. Siempre hay una primera vez. Escribo pues, por primera vez, en algo que tiene que ver con el exabrupto digestivo de un sapo ("Blog") sin saber siquiera lo qué es (me refiero al Blog, aunque en el fondo tampoco sé muy bien lo que es un sapo.) Mi declaración de intenciones espero que sí quede clara: me limitaré a realizar las veces que crea oportuno un ejercicio brusco, continuado y compulsivo de literatura automática, de exorcismo necesario y suficiente de los restos de energía negativa o positiva, qué sé yo, o de encauzamiento de ideas, frases o palabras que mi mente quiera en ese preciso momento que queden reflejadas en este nuevo e inefable invento. Invito, pues, a este ejercicio a todos los interesados en el arte de la improvisación mecánica, maquinal, indecorosa y pueril. No esperen grandes ideas, no espero grandes ideas, sólo el placer de ver concatenadas ciertas imágenes que surgen improvisadamente y en plena libertad, quizás en extrema libertad, esperanzado en que no me suceda algo tan lamentable como aquello que le ocurrió a aquel pequeño electrodoméstico que, de tan libre y tan enamorado como estaba de Sir Douglas H. Silverstone, declaró la independencia de todas las anguilas del mundo y de ciertos huevos de Pascua de los alrededores de Castel Gandolfo.
¿Qué es Fumpamnusses!?... Fumpamnusses! es todo y es la primera vez. Siempre hay una primera vez. Escribo pues, por primera vez, en algo que tiene que ver con el exabrupto digestivo de un sapo ("Blog") sin saber siquiera lo qué es (me refiero al Blog, aunque en el fondo tampoco sé muy bien lo que es un sapo.) Mi declaración de intenciones espero que sí quede clara: me limitaré a realizar las veces que crea oportuno un ejercicio brusco, continuado y compulsivo de literatura automática, de exorcismo necesario y suficiente de los restos de energía negativa o positiva, qué sé yo, o de encauzamiento de ideas, frases o palabras que mi mente quiera en ese preciso momento que queden reflejadas en este nuevo e inefable invento. Invito, pues, a este ejercicio a todos los interesados en el arte de la improvisación mecánica, maquinal, indecorosa y pueril. No esperen grandes ideas, no espero grandes ideas, sólo el placer de ver concatenadas ciertas imágenes que surgen improvisadamente y en plena libertad, quizás en extrema libertad, esperanzado en que no me suceda algo tan lamentable como aquello que le ocurrió a aquel pequeño electrodoméstico que, de tan libre y tan enamorado como estaba de Sir Douglas H. Silverstone, declaró la independencia de todas las anguilas del mundo y de ciertos huevos de Pascua de los alrededores de Castel Gandolfo.
20.1.16
365. Productos artesanos
Ser cuervo, búho o martín pescador.
Ser abeto, fresno o laurel.
Ser soldado, orfebre o barquero.
Ser bujía, antorcha o faro.
Ser diligencia, carro o landó.
Ser Rubens, Van Gogh o Tiziano.
Ser alfa, beta o gamma.
Ser Fidias, Policleto o Lisipo.
Ser el Padre, el Hijo o el Espíritu Santo.
Ser goleta, trirreme o carabela.
Ser valle, cordillera o desierto.
Ser aire, agua o fuego.
Ser cerebro, lengua o corazón.
Ser pasado, presente o futuro.
Ser bala, diana o fusil.
Ser amor, amante o amado.
Ser color, olor o sabor.
Ser temible, temeroso o temido.
Ser arena, roca o polvo.
Ser romano, griego o judío.
Ser Pedro, Pablo o Judas.
Ser topacio, rubí o aguamarina.
Ser delfín, orca o medusa.
Ser luna, sol o cometa.
Ser violín, timbal o piano.
Ser ángulo, radio o bisectriz.
Ser papiro, pizarra o papel.
Ser volcán, diluvio o huracán.
Ser río, lago o manantial.
Ser Macbeth, Lear o Falstaff
Ser menhir, dolmen o mastaba.
Ser mundo, demonio o carne.
Ser Elvis, Jimi o Kurt.
Ser tumulto, motín o algarada.
Ser Londres, Viena o París.
Ser voltio, ohmio o faradio.
Ser Proust, Stendhal o Kafka.
Ser dintel, jamba o picaporte.
Ser jardín, rosa o jardinero.
Ser tus ojos, tus pupilas o tu mirada.
Ser deseo, turbación o delirio.
Ser tuyo, mío o nuestro.
Ser tiovivo, tobogán o columpio.
Ser músculo, víscera o hueso.
Ser sable, alfanje o florete.
Ser relámpago, trueno o rayo.
Ser esclavo, sumiso o servil.
Ser espejo, ejemplo o contrapunto.
Ser pareja, trío o full.
Ser atisbo, esperanza o certeza.
Ser halago, oprobio o calumnia.
Ser loto, lirio o crisantemo.
Ser tiara, capelo o bonete.
Ser toro, estoque o torero.
Ser son, síncopa o compás.
Ser marco, lienzo o pincel.
Ser sosiego, tedio o molicie.
Ser Cielo, Olimpo o Nirvana.
Ser tropa, hueste o falange.
Ser romance, espinela o soneto.
Ser sangre, sudor o lágrima.
Ser tu enagua, tu rebozo o tu corpiño.
Ser Hermes, Hefesto o Teseo.
Ser entropía, entalpía o utopía.
Ser cubo, cono o cilindro.
Ser Tesla, Houidini o Mesmer.
Ser Venecia, Roma o Florencia.
Ser miel, abeja o panal.
Ser codicia, avaricia o sevicia.
Ser estepa, tundra o taiga.
Ser yo, ello o superyó.
Ser tesis, análisis o síntesis.
Ser alce, cebra o llama.
Ser revólver, rifle o pistola.
Ser tomillo, lavanda o romero.
Ser cero, uno o infinito.
Ser sábana, lienzo o sudario.
Ser Danubio, Nilo u Orinoco.
Ser lluvia, paraguas o charco.
Ser lino, seda o satén.
Ser proa, popa o mástil.
Ser Gödel, Bach o Escher.
Ser blues, jazz o country.
Ser Bogart, Wayne o Gable.
Ser Tucídides, Herodoto o Polibio.
Ser ciego, mudo o sordo.
Ser Sorel, Samsa o Heathcliff.
Ser bueno, honesto o justo.
Ser ateo, agnóstico o fanático.
Ser esencia, ausencia o presencia.
Ser ley, norma o costumbre.
Ser calor, rubor o dolor.
Ser losa, cruz o epitafio.
Ser punto y seguido, punto y aparte o punto final.
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